El último discurso de ‘Super-Mario Draghi’ causa efecto en el mercado de deuda. La rentabilidad de los bonos españoles a cinco años ya es inferior a la ofrecida por los de EEUU. El nuevo asalto del presidente del Banco Central Europeo (BCE) a los mercados se ha saldado con victoria para España. El país periférico ya paga menos por su deuda que EEUU, la mayor economía del mundo. La rentabilidad exigida al bono español a cinco años celebra la determinación que finalmente ha mostrado Draghi en su discurso.
Los inversores exigen este viernes tipos de sólo el 1,76% a los bonos del Tesoro Público a cinco años, mientras que a los de igual vencimiento emitidos por las arcas federales de EEUU se les reclama en el mejor de los casos un 1,80%. El diferencial entre ambos papeles gira por primera vez a favor de los españoles en los últimos ocho años. Desde el año 2007, la deuda yanqui siempre había sido más barata que la emitida por España.
Mario Draghi es el verdadero protagonista de este escenario, según apuntan los analistas del mercado. Al dejar abierta la puerta a la recompra de deuda a modo del Quantitative Easing de la Reserva Federal estadounidense, los bonos han arrancado un decidido rally de precios, especialmente los de los países conocidos como periféricos de la Eurozona. Algo que los expertos explican en el hecho de que estas economías podrían ser las que más se beneficiaran de la puesta en marcha de este programa, como ya lo hicieron cuando el líder del BCE se decantó por el programa OMT de compra de algunas muy concretas emisiones de deuda.
En el caso de la deuda española, la rentabilidad que ofrece hoy por hoy frente a los países centrales de la Unión Europea y la menor percepción de riesgo que existe por parte de analistas y economistas tras las reformas implantadas, la convierte en una de las más demandadas. Es así que a mayor demanda, mayor precio y, por extensión, menor rentabilidad y gasto para las arcas públicas.
Al otro lado del Atlántico, la situación es bien distinta. Los últimos movimientos de la Fed, ya presidida por Janet Yellen, muestran un camino de progresiva reducción de estímulos que se han traducido en la remontada de tipos de los papeles del Tesoro estadounidense. En los bonos a cinco años, que sirven de referencia para el medio plazo, es donde se están produciendo también los cambios más señalados.
Las palabras de Draghi tienen hoy más peso en el mercado que los informes de las grandes agencias internacionales de rating. Mientras que Moody’s y Fitch mantienen a EEUU dentro de la más alta categoría de la ‘triple A’ y los de Standard & Poor’s (S&P) sólo lo recortan en un escalón, España se mueve hasta ocho escalones por debajo de esta marca. En el caso de S&P, que vuelve a ser la más pesimista, a sólo un escalón de la temida categoría de ‘bono basura’.