La avalancha vendedora que se cierne sobre Zinkia ha ahogado su cotización en el MAB. Sin compradores para la maltrecha creadora de Pocoyo, la productora ha sido incapaz de marcar precio. Las prisas de los inversores por salir de una Zinkia que cada vez se acerca más al concurso de acreedores han bloqueado la negociación de sus acciones este jueves. El volumen de órdenes de venta que se lanzaban contra la productora del popular Pocoyó no encontraban respuesta en el lado comprador y la compañía ha cerrado sesión sin haber podido marcar un solo cruce en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB).
El volumen de acciones a la venta alcanzaba las 14.500 a cierre del mercado, mientras que sólo se daban órdenes de compra por 720 títulos de la maltrecha productora. Siempre según datos de Infobolsa, estos arriesgados compradores ponían sobre la mesa sólo 0,53 euros por hacerse un hueco en el accionariado de Zinkia, esto es, un 7% menos de lo que al cierre de ayer marcaba ya la depreciada gráfica de la compañía.
Aunque el presidente de la compañía y marqués de Floridablanca, José María Castillejo, consiguió sacar adelante la autorización para emitir deuda y salvar el concurso, los últimos datos publicados por la firma no dibujan precisamente una sonrisa en el rostro de Pocoyó. A fuerza de presión de los supervisores del mercado, Zinkia se ha visto obligada a reconocer que más allá de la desviación del 10% sobre previsiones de negocio que advirtió hace semanas, su beneficio podría caer cerca de un 97% a cierre de 2013.
El beneficio bruto de explotación o Ebitda, ha explicado en una escueta nota a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), podría caer a 336.221 euros frente a los más de 13 millones de euros que estimaba el pasado mes de julio. Y eso según los primeros balances. La caída de ingresos tampoco es más amable: un 41% menos que hace un año.
Desde el pasado mes de septiembre, Zinkia busca sin éxito esquivar la quiebra. Tras una fallida emisión de obligaciones de deuda que la propia CNMV evitó con duras advertencias, la compañía se ha lanzado a buscar otra vez inversores para una emisión de bonos convertibles que la saquen del abismo. Mientras tanto, el tiempo se agota y el concurso suena cada vez con más fuerza en los pasillos de las casas de inversión.
