Bankia sigue en caída libre: vale un 94% menos que cuando agrupó sus acciones

La crisis de Bankia

Bankia sigue en caída libre: vale un 94% menos que cuando agrupó sus acciones

¿Remontada o espejismo? Las acciones de Bankia han sumado posiciones en las últimas semanas y algunos inversores ya se plantean compras. Sin embargo, el optimismo sigue sin tener cabida en la heredera de Caja Madrid. Cada uno de sus títulos vale hoy un 94% menos que antes de su ‘contrasplit’ a razón de 100 antiguos por uno nuevo. Sin la agrupación, cada uno de ellos valdría sólo 0,008 euros.Tal es el descalabro que desde la agrupación de acciones sigue acumulando la gráfica de Bankia que, de no haber sido por este movimiento, la entidad estaría ya fuera de Bolsa o, en el mejor de los casos, estrangulada en el céntimo por acción. Un agonizante destino al que ya fue condenado el centenario Banco de Valencia, primera financiera cotizada que fue rescatada por el Estado español. Y es que, en este umbral se encuentra el mínimo para cotizar en Bolsa española. Más allá no hay suelo. En todo caso, expulsión bursátil a precio de ganga, como en su día se llegó a especular.En este sentido, algunos analistas apuntan incluso que la experiencia con el levantino fue la que aconsejó a los administradores del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) a llevar a cabo el agresivo ‘contrasplit’. No falta tampoco quien apunta a que los objetivos del Banco de España eran bien distintos para una y otra entidad. En el valenciano se buscaba vender al mejor postor, mientras que en Bankia se perseguía -y se sigue haciendo- mantener a flote la entidad con la esperanza, cada vez más cuestionada, de incluso conseguir rentabilidad para las arcas públicas.Aún pesan sobre la nacionalizada las dudas sobre su capacidad para encontrar comprador a buen precio para cada uno de los paquetes de inversión de los que se compone su cartera industrial, e incluso de que pueda hacer negocio confinada sólo a la banca minorista en territorio nacional. Tanto que desde sus mínimos históricos -a razón de 0,65 euros por cada nueva acción o de 0,0065 euros la antigua- tan sólo ha remontado un 24%.Con estas premisas, la conquista del euro por título aún parece una hazaña inalcanzable en las previsiones de la gran mayoría de analistas técnicos. Un umbral al que debería sobrepasar para que sus viejas acciones cotizaran al menos a esa cota mínima del céntimo unitario. Ni que decir de los 375 euros a los que tendría que llegar a cotizar cada uno de los nuevos títulos para recuperar precios de un brillante debut bursátil allá por julio de 2011 que pronto quedó más que deslucido.Bankia sigue siendo bajista sin paliativos casi sin excepción para los grandes brókeres españoles e internacionales, Incluso a pesar de votos de confianza como el del multimillonario inversor Ram Bhavnani, los gestores no aconsejan la entidad más que para inversiones especulativas y a corto plazo con barreras de precio bien definidas para la entrada entrada y salida. El ‘contrasplit’ no ha hecho milagros frente a unas cifras de balance que dan buena cuenta de la debilidad de las finanzas del banco, pero sí que ha conseguido salvar a inversores y antiguos preferentistas del estrangulamiento de sus capitales confiados al viejo proyecto de Rodrigo Rato.Caso bien distinto es de Banco Popular, otra entidad que recientemente ha apostado por la agrupación de acciones. Con unas finanzas saneadas y una solvencia reforzada tras una exitosa ampliación de capital, las acciones del de Ángel Ron han repuntado un 57% desde que entró en vigor el canje de cinco acciones viejas por una de las que actualmente cotizan en el parqué madrileño. La menor volatilidad conseguida tras la operación, unida a la solidez de su balance, sí que han conseguido impulsar al alza un valor que se hace hueco entre muchas de las apuestas alcistas de los expertos en Bolsa española.

¿Remontada o espejismo? Las acciones de Bankia han sumado posiciones en las últimas semanas y algunos inversores ya se plantean compras. Sin embargo, el optimismo sigue sin tener cabida en la heredera de Caja Madrid. Cada uno de sus títulos vale hoy un 94% menos que antes de su ‘contrasplit’ a razón de 100 antiguos por uno nuevo. Sin la agrupación, cada uno de ellos valdría sólo 0,008 euros.

Tal es el descalabro que desde la agrupación de acciones sigue acumulando la gráfica de Bankia que, de no haber sido por este movimiento, la entidad estaría ya fuera de Bolsa o, en el mejor de los casos, estrangulada en el céntimo por acción. Un agonizante destino al que ya fue condenado el centenario Banco de Valencia, primera financiera cotizada que fue rescatada por el Estado español. Y es que, en este umbral se encuentra el mínimo para cotizar en Bolsa española. Más allá no hay suelo. En todo caso, expulsión bursátil a precio de ganga, como en su día se llegó a especular.

En este sentido, algunos analistas apuntan incluso que la experiencia con el levantino fue la que aconsejó a los administradores del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) a llevar a cabo el agresivo ‘contrasplit’. No falta tampoco quien apunta a que los objetivos del Banco de España eran bien distintos para una y otra entidad. En el valenciano se buscaba vender al mejor postor, mientras que en Bankia se perseguía -y se sigue haciendo- mantener a flote la entidad con la esperanza, cada vez más cuestionada, de incluso conseguir rentabilidad para las arcas públicas.

Aún pesan sobre la nacionalizada las dudas sobre su capacidad para encontrar comprador a buen precio para cada uno de los paquetes de inversión de los que se compone su cartera industrial, e incluso de que pueda hacer negocio confinada sólo a la banca minorista en territorio nacional. Tanto que desde sus mínimos históricos -a razón de 0,65 euros por cada nueva acción o de 0,0065 euros la antigua- tan sólo ha remontado un 24%.

Con estas premisas, la conquista del euro por título aún parece una hazaña inalcanzable en las previsiones de la gran mayoría de analistas técnicos. Un umbral al que debería sobrepasar para que sus viejas acciones cotizaran al menos a esa cota mínima del céntimo unitario. Ni que decir de los 375 euros a los que tendría que llegar a cotizar cada uno de los nuevos títulos para recuperar precios de un brillante debut bursátil allá por julio de 2011 que pronto quedó más que deslucido.

Bankia sigue siendo bajista sin paliativos casi sin excepción para los grandes brókeres españoles e internacionales, Incluso a pesar de votos de confianza como el del multimillonario inversor Ram Bhavnani, los gestores no aconsejan la entidad más que para inversiones especulativas y a corto plazo con barreras de precio bien definidas para la entrada entrada y salida. El ‘contrasplit’ no ha hecho milagros frente a unas cifras de balance que dan buena cuenta de la debilidad de las finanzas del banco, pero sí que ha conseguido salvar a inversores y antiguos preferentistas del estrangulamiento de sus capitales confiados al viejo proyecto de Rodrigo Rato.

Caso bien distinto es de Banco Popular, otra entidad que recientemente ha apostado por la agrupación de acciones. Con unas finanzas saneadas y una solvencia reforzada tras una exitosa ampliación de capital, las acciones del de Ángel Ron han repuntado un 57% desde que entró en vigor el canje de cinco acciones viejas por una de las que actualmente cotizan en el parqué madrileño. La menor volatilidad conseguida tras la operación, unida a la solidez de su balance, sí que han conseguido impulsar al alza un valor que se hace hueco entre muchas de las apuestas alcistas de los expertos en Bolsa española.

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