Apostar por el descalabro bursátil de Bankia tiene premio. Cuando las acciones de la nacionalizada no hacen más que caer sin freno, sólo los bajistas ganan apostando por la entidad. El premio gordo de esta agresiva apuesta recae indirectamente en el aristócrata Kyril de Bulgaria, responsable de ventas para España y Portugal del fondo GLG Partners que ya podría haber amasado beneficios superiores a los 1,5 millones de euros.
Desde que el conocido ‘hedge fund’ se hizo con un 0,52% de las acciones de Bankia el pasado 17 de abril, éstas han perdido ya la friolera de un 96% de su valor. De los 17,20 euros a los que cerró sesión el día en que el fondo vinculado a Kyril de Bulgaria arriesgó al ‘ponerse corto’ en la nacionalizada, a los 0,604 euros que en los cruces más pesimistas de este jueves llegaba a alcanzar. Un descalabro que habría reportado ganancias cercanas a los 1,7 millones de euros a la cartera de inversión que vende el aristócrata, habida cuenta de que la participación de GLG Partners rondaría las 103.690 acciones.
El que fuera príncipe de Bulgaria, Kyril de Sajonia-Coburgo, ocupa puestos de alta dirección en GLG Partners desde el año 2007. Ahora, es una de las manos fuertes del ‘hedge fund’ para la Península Ibérica, según informa la agencia Bloomberg en su registro de altos directivos y fuentes del grupo han confirmado a este portal. La solitaria apuesta bajista de su fondo, aún a riesgo de pagar unos fuertes intereses por recibir en préstamo acciones de Bankia, parece haber surtido un generoso efecto. Y es que, los gestores de carteras consultados sobre la operación consideran que es más que probable que el fondo de inversión haya sacado más partido del evidente en la caída de la nacionalizada a través de derivados y técnicas de apalancamiento de inversión.
A fecha de hoy, más de un mes después de que GLG se lanzara a una apuesta que desde los cuarteles generales del fondo se declinó comentar, este fondo sigue el único especulador con nombre y apellidos en el accionariado de Bankia. Una identificación que, según los criterios de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, sólo es necesaria cuando se supera un 0,5% del capital de una compañía en posiciones cortas. Sin embargo, su peso sigue siendo igual de relevante que entonces, pues el total de bajistas únicamente alcanza al 0,8% de la compañía en un recuento que sólo considera participaciones superiores al 0,2%.
Los fuertes intereses que se paga por recibir acciones en préstamo para apostar a la baja sobre la entidad y la posibilidad de que muchas de estas posiciones sean inferiores al 0,2% parecen estar detrás de este bajo protagonismo aparente. No obstante, la especulación mueve a diario la gráfica de la entidad y este jueves se ha llegado a perder la cota de los 0,70 euros por acción que algunos fijaban como suelo del desplome una vez que comenzase la negociación de las nuevas acciones con las que Bankia ‘pagará’ a sus antiguos tenedores de participaciones preferentes.
La búsqueda de liquidez a costa de órdenes a cualquier precio por parte de estos inversores prometía el peor de los augurios para la entidad. Hoy, el miedo y la especulación ha adelantado acontecimientos y a falta de tres sesiones bursátiles para que lleguen al parqué las nuevas acciones de la nacionalizada, su gráfica ha pulverizado todos los mínimos existentes hasta ahora.
Tanto que en términos comparables con su cotización antes del ‘contrasplit’ por el que 100 acciones pasaron a integrarse en una sola, la de Goirigolzarri estaría cotizando hoy a unos hipotéticos 0,00604 euros. En otras palabras, la negociación se habría estrangulado en el umbral mínimo del céntimo por acción, como ya le ocurrió a su tantas veces compañera de fatigas Banco de Valencia.