¿Es Trump el ‘espíritu animal’ de Keynes? Lazard cree que no

EEUU

¿Es Trump el ‘espíritu animal’ de Keynes? Lazard cree que no

Donald Trump, presidente de EEUU

El futuro que Trump quiera y pueda dar al Obamacare tras su juramento solemne será decisivo para el entorno empresarial estadounidense de tamaño más modesto. El ser humano es así. Puede pasar del temor a la euforia sin excesiva dificultad. Así parece haber ocurrido con Donald Trump, el presidente electo de EEUU que este viernes jurará su cargo. Sin embargo, y a pesar de unosíndices de confianza disparados, desde Lazard creen que el republicano no es ni mucho menos el ‘espíritu animal’ que Keynes definió en su obra.
 
Los espíritus animales son, según el reconocido John Maynard Keynes, “un resorte espontáneo que impulsa a la acción de preferencia a la quietud, y no como consecuencia de un promedio ponderado de los beneficios cuantitativos multiplicados por las probabilidades cuantitativas”. Un “optimismo espontáneo” que algunos analistas han identificado en el mercado actual con el próximo aterrizaje de Trump en la Casa Blanca pero que el economista jefe de Lazard Frères Gestion rechaza de lleno.
 
El último análisis de Julien-Pierre Nouen redactado a pocas horas del juramento solemne en Washington, advierte para empezar de que los índices de confianza “no son necesariamente los mejores indicadores coyunturales”. Además, en el más representativo de los casos, el experto critica que “a menudo” muestran el escenario real “con retraso” y “bajo la influencia de numerosos factores no económicos” que dificultan la explicación del rumbo del consumo doméstico.
 
Por si fuera poco, Nouen señala que la confianza de las pequeñas empresas debería verse especialmente expuesta a cuál sea el futuro del Obamacare, el conjunto de normas de sanidad pública que Trump se ha mostrado decidido a suprimir o, en el mejor de los casos, reformar. Asimismo, los indicadores de confianza tienen un gran peso de sectores como la construcción, que sería uno de los grandes beneficiarios del plan de inversión federal en infraestructuras que quiere implantar el republicano, mientras que otros sectores quedan más representados en indicadores de actividad como los índices ISM y PMI.
 
En cualquier caso, el ascenso de los índices de confianza hacia máximos no vistos desde el año 2004, cuando marcó uno de los mayores niveles históricos, se viene recuperando “de forma clara” desde antes de la elección de Trump. Asimismo, justifica que el repunte del diciembre, el mayor mensual desde principios de los 80, se debe más bien a que “la aceleración de la economía mundial se confirma”, recoge el análisis.
 
Por lo que se refiere precisamente a la posible incidencia en el ciclo económico de las medidas que pueda tomar Trump en lo sucesivo, el experto de la gestora de Lazard considera que el impacto no será palpable “antes de finales del año”. Además, recuerda que más allá del tono de sus discursos “habrá que vigilar y comprobar si tiene fuerza y apoyos en su propio partido para poner en marcha las reformas propuestas”. Todo ello con un índice global de confianza que no revalida máximos del pasado mes de mayo y que resulta “coherente” con una aceleración del crecimiento económico mundial a un ritmo superior al 3,5%, como marca el consenso de estimaciones para este ejercicio.

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