Wall Street echa por tierra la euforia en torno a la próxima cumbre de la OPEP

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Wall Street echa por tierra la euforia en torno a la próxima cumbre de la OPEP

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Morgan Stanley y Goldman Sachs consideran que las expectativas depositadas en la próxima cumbre de la OPEP se diluirán tan rápido como ya ocurrió en abril con Catar. La próxima reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha desatado el regreso inversor al crudo, impulsando su precio en el mercado. Un optimismo que los grandes bancos de inversión global consideran desmedido incluso aunque el cártel lograse al fin ponerse de acuerdo para congelar su producción.
 
Goldman Sachs y Morgan Stanley han sido los últimos en sumarse a la llamada a la cautela en torno a la cita que tendrá lugar en Argelia dentro de poco más de un mes. En sendos informes, ambos pesos pesados de Wall Street advierten de que en caso de que la actual remontada de precios tuviera argumentos reales para sostenerse tras la reunión, tiene agotado cualquier viso de potencial a medio plazo.
 
El talón de Aquiles de la reunión del mes que viene se encuentra en los países que, aun siendo miembros de la OPEP, en los últimos tiempos habían visto seriamente mermada su capacidad de bombeo de pozos y ahora optan a recuperar cuota de mercado. Así, los grandes bancos de inversión apuntan directamente hacia Irak, Libia y Nigeria como protagonistas indiscutibles de la mesa de diálogo informal que el cártel petrolero instalará aprovechando el Foro Energético Mundial que se celebrará entre los días 26 y 28 de septiembre.
 
Los analistas de Goldman Sachs explican que incluso aunque hubiese un acuerdo unánime dentro de la OPEP para enfriar la producción petrolera, la remontada de precios resultaría insostenible en unos meses. En este sentido, subraya que la debilidad de la demanda se toparía con una oferta siempre creciente porque otros países aprovecharían la decisión del cártel internacional para conseguir una mayor cota de mercado aún con unos precios por barril menos ventajosos.
 
En palabras del informe emitido por el gigante neoyorquino, ni el freno al bombeo de pozos ni la depreciación del dólar “serán suficientes para sostener los precios mucho más lejos”. La carrera de los países productores por hacer frente a sus competidores será en su lugar el factor “más relevante para rebalancear el [mercado del] petróleo”, recoge el documento que firman los estrategas Damian Courvalin y Jeffrey Currie.
 
Dentro de los parámetros que barajan los dos expertos, los 52,50 dólares por barril sería el mayor precio al que se podría aspirar ya de cara al cierre del ejercicio 2017. En el otro extremo, si la cumbre de Argelia se convierte en un rosario de la aurora como lo fue el anterior encuentro de la OPEP -celebrado el pasado mes de abril en Catar– y la producción global escala por encima de los 100.000 barriles por día, el pronóstico se hunde hasta un precio objetivo de 45 dólares por barril.
 
Y si los analistas de Goldman son cautos, más aún lo son los de Morgan Stanley. En su respectivo informe consideran que es “altamente improbable” que después de los manifiestos desencuentros entre los miembros de la OPEP pueda emanar un acuerdo vinculante de un encuentro calificado de informal. En este sentido, es de recordar que mientras que Arabia Saudí y varios de los países de su entorno abogan por mantener invariable su política de producción gracias al bajo coste que tiene el bombeo de barriles para muchos países del Golfo Pérsico, Venezuela está manteniendo una intensa agenda de contactos para forzar un cambio de guion que facilite el repunte de precios, por mínimo que sea.
 
A la postura de Venezuela ya se han sumado formalmente Ecuador y Kuwait. Otros como Nigeria estarían optando por una tercera vía en la que los países que no habían visto mermada su capacidad de bombeo en los últimos años y habían acaparado la demanda que antes cubrían los pozos de otras naciones sean los que echen el freno para permitir la vuelta a la normal actividad de estos últimos. Así, los analistas del Morgan Stanley comentan que mientras los inversores “tratan a la OPEP como al banquero central del petróleo y simplemente con enseñar los dientes mueve el mercado y espanta a los cortos”, lo cierto es que el cártel está muy lejos de ejercer este control absoluto que la remontada de precios de los últimos días le confiere, según recoge su propio informe.
 
Junto a estos dos gigantes estadounidenses, el francés BNP Paribas también ha lanzado su propia señal de alerta en esta misma semana. Los galos han recortado sus previsiones para la cotización del crudo de los próximos tres trimestres argumentando que la hipotética congelación de los países de la OPEP sería “barata” en precio frente al resto de factores que impulsan a la baja un barril de crudo que a fin de año no ve por encima de los 45 dólares, y que para mediados del año que viene mantendría su tendencia bajista salvando con suerte los 44 dólares para su referencia estadounidense Texas.

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