La renovable sevillana se reafirma en su objetivo de tener lista su refinanciación el próximo mes de junio, pero ahora cuenta con margen para ello hasta octubre. Abengoa se aleja un paso más de la quiebra definitiva. El juez que instruye su proceso concursal ha dado su visto bueno a la prórroga de siete meses pactado con el grueso de sus acreedores, con lo que la renovable sevillana cuenta con tiempo hasta el próximo octubre para alcanzar el definitivo acuerdo de refinanciación de deuda.
La homologación ha sido acordada por el juzgado de lo Mercantil número 2 de Sevilla, al cumplirse las condiciones legalmente establecidas para ella, tal y como había explicado la cotizada al momento de presentar su solicitud. Así, se extiende ya hasta el próximo 28 de octubre el plazo para presentar toda la documentación y adhesiones a la reestructuración de pasivo comprendida en su plan de viabilidad financiera. No obstante, la compañía ha insistido en su intención de tener listo su reflote a más tardar el próximo mes de junio.
El titular del referido juzgado sevillano entiende que la prórroga además es necesaria para asegurar la continuidad de la empresa y porque se enmarca en un cuadro más amplio de medidas que la renovable ya ha comenzado a implementar. Los acreedores que no se han adherido a este acuerdo podrán, sin embargo, recurrir la decisión en un plazo de hasta 15 días.
La homologación de la prórroga al preconcurso de acreedores, que permite el mantenimiento de las capacidades de gestión por parte de la actual cúpula directiva al tiempo que evita la reclamación de pagos, tendrá efectos tan pronto como pasen las dos semanas de posibilidad de recurso. Una situación que queda limitada por el hecho de que los titulares de un 75% de su deuda se habían adherido al acuerdo.
Paralelamente, este miércoles se ha conocido que Abengoa podría ser relevada de varios de los proyectos que lleva a cabo en Brasil. En este sentido, la interesada y arropada por el mismo Gobierno del país sería China State Grid, según ha publicado Reuters. En concreto, la asiática podría ser el relevo de la española en instalaciones de transmisión energética que a tenor de la quebradiza situación financiera que atraviesa las autoridades locales, señala la agencia, temen que pudieran quedarse a medio camino de su culminación.
