La nueva cúpula de Pescanova ha explicado en junta de accionistas que espera haber completado para entonces el reflote de la gallega y disponer del visto bueno de la CNMV. Pescanova podría volver a navegar por las aguas de la Bolsa el próximo septiembre. Esa es la intención de su renovado consejo de administración, que espera tener lista para entonces la completa reestructuración de la compañía y el visto bueno de los supervisores. La propuesta se llevará ese mes a una nueva junta de accionistas.
El consejo de administración de la maltrecha pesquera gallega ha anunciado además que tiene la intención de que los actuales accionistas de la compañía mantengan una participación cercana al 20% del capital social de Nueva Pescanova. En este sentido, su participación se diluirá considerablemente, pero mantendrán un peso representativo dentro de la refundada compañía.
La hoja de ruta de la compañía para reponerse de años de falseo de cuentas a través de una maraña societaria presuntamente ideada por el expresidente Manuel Fernández de Sousa pasa ahora por ampliaciones de capital. Con ellas se buscará dar entrada a nuevos accionistas estables de referencia.
El objetivo es que estos inversores, que podrían ser incluso algunos de los que ya están en capital como la asturiana Carolina Masaveu, entren directamente o a través de las desinversiones que se espera que puedan llevar a cabo los bancos acreedores que en un primer momento pasarán a controlar la firma. Así se ha explicado en la junta de accionistas celebrada ayer y de la que este viernes se ha dado cuenta a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
De confirmarse, este calendario, los accionistas de Pescanova podrían volver a disponer de su inversión después de dos años de congelación; el tiempo que cuenta desde que se descubrió el fraude de sus balances financieros. Su papel sería así mayor que el previsto en un primer momento, donde se daba a la vieja compañía un peso de solo el 5% en Nueva Pescanova, sin embargo, la propuesta finalmente remitida a los bancos y pendiente de respuesta aumenta este protagonismo al 20%. Los acreedores sí que han dado ya su visto bueno al convenido de sus diez principales filiales.
