La tecnológica apura cartuchos para esquivar el peor de los desenlaces para el preconcurso de acreedores en el que está sumida. La cúpula directiva de Amper vuelve a redibujarse. La tecnológica española ha nombrado como vocal de su consejo de administración a Antonio Arenas Rodrigáñez, experto en reestructuraciones corporativas. Un revulsivo más para evitar la cada vez más alargada sombra de la quiebra que pesa sobre la compañía.
El nombramiento se ha comunicado a través de un escueto hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ya al término de la sesión bursátil. Según se ha recogido en el documento, Arenas sustituirá en el cargo a Pedro Mateache, que ha presentado su dimisión “por motivos personales”.
Amper se encuentra en pleno preconcurso de acreedores después de haber sido incapaz de conseguir el desembarco del esperado caballero blanco que hubiera salvado sus finanzas. Ni el empresario valenciano Enrique Bañuelos primero, ni los fondos Slon Capital y Sherpa Capital después acometieron las anunciadas inversiones que hubieran devuelto a la compañía su ahora debilitada salud financiera y de negocio.
A finales de diciembre, el grupo revisó a la baja sus ya de por sí frágiles cuentas de los nueve primeros meses del año pasado. El motivo no fue otro que reflejar el impacto del acuerdo alcanzado con la colombiana Cable Andino para poner fin a un largo proceso de litigios judiciales. Es así que las pérdidas acumuladas por la cotizada española pasaron de 14,98 millones de euros a 18,2 millones, según la documentación más reciente publicada por la firma.
