Hacienda perderá a uno de sus mayores contribuyentes con el ‘vaciado’ de Endesa

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Hacienda perderá a uno de sus mayores contribuyentes con el ‘vaciado’ de Endesa

Sede de Endesa

El vaciado de Endesa perpetrado por Enel promete poner patas arriba hasta las cuentas de Montoro. Si los italianos cumplen su plan, Hacienda perderá a uno de sus grandes contribuyentes. Los planes de Enel para su filial en España ponen en peligro hasta las cuentas del ministro Montoro. Si, como ha anunciado la energética italiana, saca de Endesa todos sus activos latinoamericanos, el grupo podría ahorrarse el pago de impuestos a este lado del Mediterráneo y Hacienda perdería a uno de sus mayores contribuyentes.

Esta situación sería, más que consecuencia, el objetivo primordial de la nueva reestructuración de Endesa pergeñada desde los cuarteles romanos de Enel, según apuntan fuentes del mercado citadas este martes por ABC. Mientras la marca española del grupo italiano se queda cada vez más vacía, sus activos pasan a otras marcas del grupo que o bien son extranjeras o nunca estarían sujetas a tributación a causa de la abultada deuda que soportan, señala el rotativo.

Más allá del ya consumado traspaso de activos desde Endesa a la marca chilena Enersis, la nueva hoja de ruta del grupo Enel pasa por desposeer a la filial española de las pocas participaciones que le quedan al otro lado del Atlántico. La beneficiaria de este nuevo traspaso sería Enel Europe Energy. Vía Chile, los activos llegarían a esta sociedad con sede en España pero filial directa y al 100% de la cabecera del grupo en Italia que terminaría por ser la dueña del 92% de la propia Endesa y de un 60,6% de Enersis.

Con estas cifras, se entiende que Enel Europe Energy sería la responsable de hacer frente a las obligaciones tributarias de Endesa. Sin embargo, y siempre según fuentes citadas por el rotativo de Vocento, la sociedad ya cuenta con balance propio antes de que lleguen los activos latinoamericanos: una abultadísima cartera de deuda de unos 40.000 millones de euros. Un importe que incluye la casi totalidad del pasivo que Enel contrajo para hacerse con la antigua eléctrica española y cuyos elevados intereses se comerían los beneficios que hasta ahora reportaban a Endesa sus inversiones en Latinoamérica.

Con esta estrategia, los italianos dejarían de tener la obligación de tributar por sus negocios en Latinoamérica por largos años, pues no se espera que la abultada deuda pueda quedar resuelta en el medio plazo. El impuesto de sociedades que hasta ahora se tenía que afrontar desde Endesa, pasaría a la historia gracias a la consolidación a través de Enel Energy Europe. Sin embargo, para el traspaso efectivo de activos Enel debe hacer frente a un pago que sí tendría que reflejar en sus cuentas, pero que de nuevo ha conseguido ‘ocultar’ al equipo de Montoro.

Los analistas consultados por ABC consideran que aquí es donde entra en juego el nuevo dividendo extraordinario anunciado por Endesa. El director del grupo italiano, Francesco Starace, al dictado del primer ministro Mario Renzi, afirma el rotativo, ha diseñado esta nueva retribución al accionista que además de volver a vaciar la caja fuerte de la filial española permite repatriar a Roma el importe desembolsado antes como pago por los activos latinoamericanos. Además, el cobrador será directamente la matriz Enel Holding, por lo que no habría problema alguno para conseguir que la marca Energy Europe siga sin tener que rendir cuentas ante el ‘fisco’ español.

Dado tan sólo escapa del control de Enel un 8% de Endesa, el grueso del importe del dividendo partirá directamente hasta Roma. Desde el rotativo de Vocento se explica que una vez se complete este movimiento, los italianos ya se hayan puesto a calibrar el impacto de la recolocación entre minoritarios de cerca de un 22% de su vaciada marca española. Con el pretexto de devolver liquidez al valor cotizado en la Bolsa española, el importe total a embolsarse con unas y otras iniciativas podría ascender a 10.000 millones de euros que a la postre irían a sanear las cuentas públicas de una Italia que aún tiembla de inestabilidad financiera y política, según los cálculos de los expertos a los que cita el referido diario.

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