El semanario alemán titula el ranking de Transparencia Internacional por España: el segundo país, por detrás de Siria, en el que más ha aumentado la percepción de la corrupción. Que España sea el segundo país del mundo en el que más ha aumentado, en proporción, la percepción de la corrupción en los últimos tiempos –Siria, que es un país sumido en una profunda guerra civil, ocupa el primer puesto de la lista- no sólo ha sorprendido a propios. También ha sorprendido a extraños como, por ejemplo, el semanario alemán Der Spiegel.
Tras arrancar con un titular en el que se utiliza la expresión “aumenta dramáticamente”, en alusión a la corrupción española, la publicación alemana se hacía eco del ranking elaborado por la ONG Transparencia Internacional, y que fue hecho público esta semana. En su opinión, es la poca fuerza con la que el Estado persigue los escándalos protagonizados por los gobernantes y por la Casa Real, uno de los grandes problemas del país. Un país, resalta, que lleva varios años sufriendo recortes sociales y un incremento de la austeridad.
Pero es cierto. El último Índice de Corrupción que anualmente publica Transparencia Internacional ha reflejado un fuerte empeoramiento de la percepción internacional sobre la magnitud de este problema en España, hasta el punto de que ha caído a niveles del año 1997.
En un mundo en el que no hay indicadores oficiales sobre niveles de corrupción, el índice que elabora Transparencia Internacional es el principal referente sobre el particular porque se elabora a nivel global, porque agrega los datos obtenidos en decenas de encuestas nacionales y porque recoge las opiniones de expertos en la materia y directivos de empresa, personalidades de cierta influencia en sus sociedades.
No obstante, el semanario insiste en matizar a lo largo del artículo que España no es el segundo país más corrupto del mundo. Es ‘sólo’ el segundo país en el que más ha aumentado la corrupción, un aumento que, en términos absolutos, todavía sigue sin aproximar a España a otros estados como Afganistán o Somalia. Ni tan siquiera a Grecia, que sigue figurando como el país más corrupto de la zona del euro.
