Trump se estrena con tono conciliador mientras Clinton esquiva las cámaras

Elecciones en EEUU

Trump se estrena con tono conciliador mientras Clinton esquiva las cámaras

Donald Trump, presidente electo de EEUU

Hillary Clinton ha optado por no comparecer públicamente al término de la noche electoral, pero sí ha telefoneado a Trump para felicitarlo. El recién elegido presidente de EEUU, el republicano Donald Trump, se ha estrenado en el cargo apostando por un tono conciliador muy lejano del que ha empleado a lo largo de su campaña. En su primer discurso ha prometido “trabajar juntos” para ser “el presidente de todos” mientras su rival, Hillary Clinton, ha optado por no exponerse públicamente.
 
Las primeras palabras del discurso de Trump han sido precisamente para su oponente, la demócrata Hillary Clinton. Después de revelar que la ex primera dama le había telefoneado reconociendo su derrota, la ha felicitado por su “gran campaña” en la que según él “ha luchado muy duro”. Asimismo, ha asegurado “sinceramente” que el pueblo estadounidense debe mostrar una profunda “gratitud por su servicio” a la hasta ahora cabeza de la diplomacia de Washington.
 
En un tono emotivo y de carácter improvisado, el nuevo presidente electo se ha mostrado consciente de la división que arrojan los resultados electorales y por ello no ha dudado en asegurar que “es tiempo de juntarnos como un pueblo unido” para “trabajar por unificar nuestro gran país”. Un tono conciliador y que llama a un diálogo que hasta el momento había brillado por su ausencia en los mítines y arengas del candidato republicano, que además gozará de mayoría para su partido en el Congreso y el Senado.

Tras agradecer el apoyo a sus seguidores, votantes y compañeros de campaña, Trump ha lanzado un claro guiño a sus rivales demócratas al hablar de la necesidad de establecer en el país “un gran movimiento de trabajadores que quieren un mejor futuro para ellos y sus familias”. Un movimiento que, en contra de las acusaciones de xenofobia que contra él se han dirigido a lo largo de la campaña, ha definido como integrador de “americanos de todas las razas y religiones” en torno a “un gobierno que sirva a la gente”, como ha prometido que “así será”.

Sus últimas palabras en el cuartel general establecido por el Partido Republicano para seguir el escrutinio presidencial han sido una invitación a “trabajar juntos, para reconstruir la nación y renovar el sueño americano”. En este sentido ha apuntado hacia la capacidad de su aglomerado corporativo para “detectar el potencial” de la gente, modelo que ha señalado que quiere extender a todo el país. “Ningún americano se sentirá olvidado”, ha asegurado.

En lo que se refiere a las primeras líneas de su programa una vez se instale en la Casa Blanca, ha enumerado que trabajará para mejor las infraestructuras urbanas y nacionales para lo que “pondremos millones de personas a trabajar para reconstruir el país”. Más triunfalista ha sido el tono que ha empleado para definir su política exterior: “Nos llevaremos bien con la naciones que se quieran llevar bien con nosotros”, si bien ha recordado que “no se conformará con nada que no sea lo mejor para el país”.

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