Canadá negocia directamente con Valonia ante la incapacidad de la UE

Tratado CETA

Canadá negocia directamente con Valonia ante la incapacidad de la UE

CETA

La región belga mantiene el ‘no’ al CETA mientras los líderes europeos se miran unos a otros. Valonia se ha convertido en la aldea gala de la Unión Europea. Su perseverancia en el ‘no’ al CETA a pesar de todas las presiones sufridas le ha otorgado la felicitación de las ONG, colectivos anti-CETA y activistas contrarios al tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá. El Astérix particular de esta historia, Paul Magnette, ministro presidente de Valonia, asegura que “se han hecho progresos, pero insuficientes para un acuerdo”. Y los líderes europeos se han echado a temblar.
 
La incapacidad para liderar una negociación, y aún menos para llegar a un acuerdo, de los actuales referentes políticos europeos ha provocado que Canadá haya tenido que tomar las riendas de la negociación con la región valona. Chrysta Freeland, ministra canadiense de Comercio, se reunirá este viernes con representantes y autoridades valonas en busca de una poción mágica que desenrede el acuerdo.
 
Freeland ha tomado la iniciativa ante el ‘tembleque’ que parece haberles entrado a varios de los que a priori deberían haberla tomado. Entre ellas Ángela Merkel, la canciller alemana, que a estas alturas dista bastante de aquella líder que subyugó a toda una zona de la UE. “Las negociaciones no son fáciles” ha asegurado de madrugada la canciller, horas a las que ha concluido el Consejo Europeo. El presidente de ese organismo, Donald Tusk, ha señalado que “está en juego la credibilidad de Europa”, algo similar a la opinión emanada por Jean Claude Juncker, el jefe de la Comisión Europea, que considera que “si no logramos ese pacto comercial con Canadá no veo cómo vamos a lograr un solo acuerdo más en otras partes del mundo”.
 
Los participantes en el Consejo Europeo, esto es, los líderes de los países de la UE, han procurado presionar a Bélgica a través de su primer ministro, Charles Michel, que no podía decir otra cosa que esa decisión no le compete. No obstante, ha mostrado mayor optimismo que sus homólogos y ha adelantado que habrá una solución “en las próximas horas o días”.
 
La firma del acuerdo estaba prevista para la semana que viene. De hecho, el primer ministro canadiense ya tiene vuelo comprado a Bruselas, aunque no volará mientras el ‘sí’ no sea unánime. Todo depende de Valonia, ese reducto de 3,5 millones de habitantes del que depende el futuro de un tratado que influirá a más de 500 millones personas.

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