A primera hora del día, la Policía de París había prohibido la manifestación en la ciudad. Finalmente, la presión sindical ha hecho recular al Gobierno galo. Pocas horas después de que la Policía de París desautorizase y prohibiese la gran manifestación que preparan los sindicatos contra la reforma laboral gala, François Hollande da marcha atrás y vuelve a permitir la convocatoria tras una reunión de urgencia con los convocantes, según el diario Le Monde.
Bajo el argumento de evitar perturbaciones del orden público como las del martes pasado, las autoridades francesas habían lanzado la prohibición de celebrar la manifestación que recorrerá las calles de París. Una medida que ha provocado la indignación sindical, sobre todo de la CGT, la cual está capitaneando las protestas, culpando a Hollande de atacar un derecho fundamental de la Constitución como es el de manifestarse.
Otro de los sindicatos, Fuerza Obrera (FO), uno de los sindicatos convocantes de la manifestación, ha indicado, a través de su dirigente Gabriel Gaudy, que mantenían su llamamiento a la protesta y dijo que iban a “asumir sus responsabilidades”.
“Esas propuestas alternativas no permiten de ninguna manera responder a la necesaria seguridad de las personas y de los bienes, ni a las exigencias de movilización máxima de las fuerzas policiales (…) contra la amenaza terrorista que está a un nivel elevado e impone unas solicitaciones excepcionales en todo el territorio”, había argumentado los responsables de la Policía parisina.
La prohibición tan sólo afectaba a la marcha de París, otras manifestaciones en otras ciudades de Francia contra la reforma laboral que se organizan mañana no habían sido prohibidas.
