El sindicato CGT, en colaboración de trabajadores del gas y la electricidad, corta el servicio a empresas y actos institucionales y lo restablecen a 300.000 hogares precarios. Los sindicatos franceses están decididos a intensificar la lucha contra la reforma laboral del Gobierno de François Hollande. El paso de las jornadas de la huelga general ha llevado a los trabajadores a redoblar las fuerzas con nuevas acciones. Y entre ellas, la organización sindical CGT, una de las que está capitaneando las movilizaciones, ha apuntado a la electricidad del país, pero dirigiendo su movimiento de forma muy concreta: “No vamos a dejar caer las líneas de 400.000 voltios para hundir a Francia en el negro, sin embargo, podemos cortar aquí y allá”, advirtió Marie-Claire Cailletaud, una de las portavoces de CGT.
La advertencia se convirtió en realidad y los trabajadores del gas y la electricidad se sumaron al llamamiento del sindicato realizando unos cortes de luz muy selectos: los profesionales cortaron el servicio a empresas y actos del gobierno, mientras lo han restituido a un total de 300.000 hogares pobres que han sufrido cortes por impagos.
Unos técnicos que ya han sido bautizados en el país galo como los “Robin Hood” del sector, tal y como afirma el diario francés Le Liberation. “Los oficiales han restablecido la electricidad a personas en una situación precaria a las que la empresa les había cortado el servicio. Y esto es sólo el principio”, ha sentenciado Cailletaud.
De hecho, este pasado martes, los trabajadores, sumados de lleno a las acciones sindicales, cortaron la corriente durante la inauguración de la “Ciudad del vino” en Burdeos, justo en el momento en que el presidente francés François Hollande se encontraba en el acto oficial aunque, finalmente, los organizadores pudieron sacar adelante el acto a través de unos generadores.
Por el momento, como ha aseverado Cailletaud, esto es “sólo el principio” de una serie de paros y movilizaciones para forzar al Gobierno a que frene la reforma laboral que ha aprobado a golpe de decreto y sin pasar por el Parlamento francés.
