La posible quiebra de Abengoa golpea también a la administración Obama

La posible quiebra de Abengoa golpea también a la administración Obama

Barack Obama, presidente de EEUU

El presidente de EEUU defenderá su programa de rotación energética en la Cumbre del Clima de París a pesar de que repetirse la historia del fiasco de Solyndra. El acierto de la administración Obama a la hora de apostar por proyectos de energía renovable vuelve a estar en tela de juicio. Tras el fiasco que supuso la quiebra de Solyndra, el mismo desenlace para la española Abengoa se podría traducir en un agujero de 2.900 millones de dólares, más de 2.500 millones de euros al cambio, en el peor de los escenarios posibles para las arcas públicas federales de EEUU.

Los medios estadounidenses han lanzado la voz de alerta ante el impacto que podría tener la potencial quiebra de Abengoa sobre las finanzas federales a solo unos días de que Obama defienda ante la Cumbre del Clima de París su programa energético y cuando queda menos de un año para que EEUU vote nuevo presidente. Es así que son varios los medios del país que apuntan que el actual inquilino de la Casa Blanca habría impulsado personalmente el apoyo a la renovable española con fondos federales.

El Departamento de Energía de EEUU habría “regado” con nada menos que 2.900 millones de euros la expansión de la firma sevillana y sus múltiples subsidiarias por territorio estadounidense, según informa Watchdog.org. Estas ayudas, en forma de subvenciones y garantías de crédito, habrían facilitado la participación de la cotizada española en los proyectos solares y de bioetanol más emblemáticos de los últimos años en Nuevo México, California, Arizona y Kansas.

Solo para su participación en el parque de Mojave recibió 1.200 millones de dólares, según la prensa local. Antes de eso, ya en el año 2010, el Departamento de Energía facilitó a la compañía 1.450 millones de dólares a modo de garantía de crédito para financiar la planta Solana, en el estado de Arizona. Mientras que esta última comenzó sus operaciones en octubre de 2013, la conexión a la red del proyecto de california ha tenido lugar el año pasado.

De confirmarse el peor de los destinos para la sevillana, la historia de Solyndra volvería a repetirse, dejando muy en entredicho la capacidad del gabinete Obama en materia de cambio energético. Esta compañía fue otra de las predilectas del Gobierno Federal para apostar por un modelo más sostenible y, sin embargo, lo que terminó siendo insostenible fueron sus finanzas, que presionadas por una abultada deuda combinada con una muy escasa liquidez provocaron su hundimiento y el correspondiente agujero en las arcas públicas de la mayor economía mundial.

En el transcurso del ejercicio pasado, según informa ZeroHedge, Abengoa recibió subsidios federales a cuenta de los contribuyentes de EEUU por más de 230 millones de dólares, algo más de un tercio de la capitalización con la que la compañía contaba en la Bolsa de Madrid a media sesión de este jueves. Unas cifras que hacen que el Estado español no se quede solo en el hipotético caso de que la sevillana se hunda hasta la liquidación.

La cifra definitiva del hipotético agujero es, sin embargo, difícil de cuantificar. Un portavoz del Departamento de Energía, el organismo competente en la concesión de estas ayudas, se ha limitado a explicar que los préstamos por Mojave y Solana “están siendo reembolsados”, si bien no ofreció detalles sobre cuantías o plazos.

La sacudida también llega a Wall Street

El caso de la quebradiza situación de Abengoa también ha impactado de lleno en Wall Street. No solo por el hundimiento que sufren las acciones de su filial en EEUU, Abengoa Yield, que se han dejado cerca de un 11% de su valor desde que se conoció que Gonvarri retiraba su oferta inversora por la compañía y abocaba a esta a un preconcurso de acreedores que permite esquivar en hasta cuatro meses lo que en la regulación norteamericana sería una declaración de bancarrota.

Uno de los grandes bancos de inversión de aquella orilla del Atlántico, Citigroup, está en la picota por su participación en una colocación de acciones de la compañía hace solo cinco meses. Entonces, sus gestores se encargaron de buscar dueño entre inversores institucionales a un 4,17% del capital social de la española, procedente de la propia autocartera del grupo.

El pasado mes de julio, Citi logró captar 100 millones de euros para la firma cuya salvación negocia ahora a contrarreloj la familia Benjumea. Un importe logrado a razón de los 2,80 euros a los que logró vender cada una de las acciones de clase B de la compañía, las mismas que ayer eran expulsadas del Ibex 35 y que hoy luchan por aguantar la cota de los 0,30 euros unitarios.

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