Griegos al margen del Estado: autogestión contra la pobreza

Griegos al margen del Estado: autogestión contra la pobreza

Bandera de Grecia

Varios centros sociales se organizan ante la falta de ayudas públicas y ofrecen servicios gratuitos para luchar contra la marginación. Son las diez de la noche en Atenas. Mientras en Bruselas se decide entre órdagos y faroles el futuro de Grecia, en el parque autogestionado de la calle Tsamidou un concierto benéfico recolecta dinero para pagar la operación de una niña de 3 años. No es fácil realizar una crónica social, en un momento y en un lugar como éste, sin caer en lo sentimental o incluso “panfletario”.

Sin embargo, caminar por las aceras de Atenas, y no sobre los impávidos datos macroeconómicos, forjan en uno la sensación de que la principal injusticia que se está cometiendo sobre el pueblo griego es, entre otras, la dialéctica. Presentar a Grecia como un ser inanimado.

El desamparo económico, o la posición ideológica, motiva que muchos autogestionen su presente ajenos al Estado. Visitamos algunos de esos centros.

Caminos alternativos

“Cada vez hay más drogadicción. Es un hecho incuestionable. La crisis ha supuesto que para muchos la droga haya supuesto un escape” afirma Angelos, un joven voluntario de OKANA, el mayor organismo contra las drogas de Grecia. Los datos de la organización, que ha visto reducido su presupuesto y multiplicado los centros de tratamiento, corroboran que en los últimos cuatro años los adictos a la heroína han pasado de 20.000 a 24.000 personas. La mayoría de ellas sin vivienda, y sin seguro médico.

“El mayor consumo de drogas conlleva mayores problemas sanitarios. Los casos de VIH o de otras enfermedades relacionadas con las drogas son cada vez más, y lo dramático es que los enfermos no tienen quien les atienda, más allá de OKANA u otros centros sociales”. Angelos se refiere a centros autogestionados como el Espacio Social de Salud Pikpa o el centro de salud del K-VOX, un espacio okupa de Exarhia. Dentistas, psicólogos, fisioterapeutas y un largo etcétera de profesionales de la salud atienden voluntariamente las necesidades médicas de quien se acerque, tenga o no seguro médico, provenga de donde provenga. “Los medios no son los idóneos, pero la Sanidad pública ni está mejor, ni cubre a todos”, denuncia.

El centro K-VOX, de ideología anarquista, lleva 3 años en funcionamiento, y además de proporcionar el servicio de salud ofrece a coste cero clases de idiomas, biblioteca o clases de “escuela libertaria”. “No queremos sustituir el papel que debería tener el Estado. Simplemente queremos algo autónomo que demuestre a la gente que puede organizarse” afirma un miembro del centro okupa. El lugar posee también un bar donde recaudan dinero para la cobertura legal de miembros detenidos o encarcelados, la mayoría por actos de “guerrilla urbana”.

«Syriza no tiene el poder. Lo tienen los jueces y la policía»

Nuestro contacto del centro, que opta por el anonimato, asegura que sin embargo la presencia de Syriza al mando del país no ha mejorado las cosas. “Syriza no tiene el poder. Lo tienen los jueces y la policía, y como Syriza tiene una idea utópica del Estado (con separación de poderes) prefiere no meterse en esos asuntos”. Sobre una vuelta hipotética al Dracma, “no me importa la moneda que haya. Me importa la lucha de clases y una sociedad igualitaria”.

Para ello narra cómo en algunos barrios se han enfrentado con militantes de Amanecer Dorado, entre otras cosas, para defender los derechos de los inmigrantes. “Durante un tiempo hacíamos motopatrulla. Buscábamos por diferentes zonas de Atenas miembros de este partido político que estuvieran agrediendo a inmigrantes y actuábamos. Creemos que debemos intervenir contra estos fascistas”.

En febrero de este año dos miembros del partido neonazi Amanecer Dorado fueron detenidos por agredir físicamente a dos inmigrantes en la plaza ateniense de Omonia. No han sido las únicas de miembros de un partido que es tercera fuerza parlamentaria, y cuyo objetivo es “echar de Grecia a todos los inmigrantes”.

Inmigración y hambre

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, afirma que cerca de 45.000 personas han llegado a Grecia durante este año. Los refugiados, la mayoría provenientes de Siria, se ven obligados a dormir al aire libre mientras no estén registrados, privándoles de cualquier ayuda alimentaria o sanitaria. Gorka, un vasco voluntario en Tesalónica asegura que la situación de estos refugiados es “dramática”, llegando a tener que dormir en los parques de la ciudad.

En Atenas se encuentra Steki Metanaston, un espacio precisamente autogestionado por inmigrantes y oriundos. “Aquí encuentran apoyo legal. Muchos de ellos están solos, acaban de ser expulsados de centros de acogida, y no tienen herramientas para enfrentarse a la situación”, asegura Nikos, uno de los voluntarios del centro. El espacio ofrece además clases gratuitas de griego e inglés a quien lo desee, así como un comedor social durante los fines de semana que alimenta a más de cincuenta personas.

Según la OCDE, el 20% de los griegos no puede pagarse una comida completa y aunque no hay datos concretos, algún sindicato denuncia que cerca del 40% de los niños pasan hambre.

En Omonia, el Ayuntamiento realiza dos repartos de comida gratis al día, y varias iglesias ortodoxas hacen lo propio en diferentes días de la semana. Nikos afirma que esos ejemplos demuestran que la crisis ha traído lo peor, pero también lo mejor. “La solidaridad que se encuentra hoy en día en muchos lugares de Atenas era impensable hace unos años. Habíamos perdido humanidad, no nos mirábamos. Ahora, aunque sea por necesidad, nos miramos a la cara”.

Cerca del 40% de los niños griegos pasa hambre

En NOSOTROS el verano ha reducido su actividad. El centro social con nombre en castellano, “nos gusta lo que significa y su sonoridad”, comenzó su andadura en 2005, con la idea de crear un espacio autosostenible y que fuera lugar de encuentro de diferentes conciencias políticas. Posee un edificio de tres plantas donde se imparten clases de fotografía, idiomas, informática e incluso música. “Creemos que el dinero no debe ser la herramienta del conocimiento. Queremos que este sea un espacio donde cualquier persona se sienta en casa y pueda aprender lo que quiera, sin tener que mirar si puede pagarlo o no”.

La noche se cierra. En Bruselas siguen reunidos. Muchos de los entrevistados afirman con desprecio que les da igual lo que allí ocurra. Ellos ya trabajan sobre la austeridad, sostenibilidad y generosidad, por lo que el Euro o el Dracma no variarán, aseguran, el estilo de vida de los centros. Es una Atenas preparada para lo que venga. Aunque en un parque colindante un concierto trate de costear la operación de una niña.

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