El país heleno tiene más tanques que Alemania, Francia e Italia juntas y el Ejército dispone de más de 150.000 integrantes. Más de un militar español me ha dicho que la Defensa es a la nación lo que la Sanidad a la población. No querría tomar con excesiva deferencia esa afirmación, pero desde luego en Grecia esta correlación de fuerzas no está equilibrada. Mientras la zona euro gasta de media el 14,7% del gasto público en Sanidad, Grecia destina solamente el 8,6%. En cambio, en el apartado de Defensa los helenos son mucho más generosos. El 3,6% de su gasto (4.000 millones) va directamente a ese Ministerio, mientras que sus vecinos se reservan el 2,5%.
El Eurogrupo le pidió al Gobierno griego, entre tantas muchas cosas, que rebajara el presupuesto de Defensa en 400 millones. El Primer Ministro, Alexis Tsipras, se negó y ofrece rebajarlo 300 millones, pero en dos años.
En un país azotado por la crisis, ¿por qué ese inmovilismo presupuestario en el Ministerio de Defensa?
Geopolítica
El dilema de la seguridad, que a grosso modo, es la espiral que dos países rivales mantienen para armarse militarmente en una carrera sin punto de llegada, provoca paradojas como que en Grecia haya más tanques (1.600) que en Alemania, Francia e Italia juntas. Turquía y Grecia perpetúan su conflicto, que explotó en 1919 con la guerra greco-turca, incluso desde tiempos mitológicos (Esparta y Troya).
Las constantes tensiones entre los dos países, con intromisiones casi diarias en espacio enemigo, así como la cuestión de Chipre, provoca que parte de la población griega tenga interiorizada un posible (pero remoto) enfrentamiento con Turquía.
Por otro lado, la posición geográfica y estratégica de Grecia, tan cercana a oriente medio y a los movimientos migratorios, le convierte en figura clave sobre el tablero. La OTAN, a través de su Secretario General, Jens Stoltenberg, ha asegurado la continuidad en la organización de un país “aliado, altamente valorado y que cumple la directriz de invertir como mínimo un 2% del PIB en Defensa”. Stoltenberg afirma que ese gasto en Defensa no es el problema de Grecia. La OTAN tiene cuatro bases en el país: Tesalónica, Larissa, Preveza y Souda Bay, en Creta.
Política interna
Otra de las razones que muchos ciudadanos griegos apuntan es el temor que el Gobierno de Syriza tiene al ejército. De ahí, aseguran, que el ministro de Defensa sea Panos Kamenos, líder de ANEL, partido de derecha soberanista de Griegos Independientes, socio de gobierno. Kamenos, nacionalista y de derechas, realizó unas polémicas declaraciones días antes del referéndum, cuando aseguró que el ejército garantizaría la seguridad y la unidad nacional.
Ese ejército, que dispone de más de 150.000 integrantes (Alemania tiene 180.000), es un foco de conservadurismo que ha visto cómo se ha ido recortando su salario, sobre todo a partir de 2012, con Andonis Samaras como Primer Ministro. Los ánimos en el seno de la armada, como en casi todos los sectores, no se anuncian a bombo y platillo, por lo que el Gobierno posiblemente prefiera mostrarse cauto para no irritar a un sector clave en la estabilidad nacional.
El 50% del gasto en Defensa se destina a pagar salarios, y es ahí donde Giorgos (25), un recién licenciado en economía, quiere ir. Afirma que cuanto más grande sea el ejército menor será el paro de personas poco cualificadas, y eso es positivo, asegura, para una maltrecha economía como la griega. Keynesianismo militar. Aunque es cuestionable que ese sea el deseo real de Alexis Tsipras.
Ventas sospechosas
«Acepté tantos sobornos que no puedo recordarlos todos» dijo Antonis Kantas, Jefe Adjunto de las adquisiciones del Ministerio de Defensa de Grecia entre 1996 y 2002. Kantas aseguró que representantes de empresas alemanas, rusas y francesas pagaron sobornos a funcionarios y políticos griegos para obtener contratos mil millonarios en material de defensa.
Sin tener que remontarse tanto, durante los primeros años de la crisis ya fueron noticia la compra de armamento alemán y francés por parte del Gobierno de Grecia. Las compañías germanas Thyssenkrupp, Rheinmetall, Atlas y Krauss-Maffei Wegman hicieron el agosto al vender por miles de millones, y en medio del temporal económico, armamento que endeudó aún más las arcas griegas. Nadie dijo nada.
Percepción en la población
Entendiendo de antemano que toda realidad es plural, la experiencia vivida con los griegos en cuanto al tema de Defensa es particular. Algunos de los topados desconocen el ingente gasto (comparado con otros países) de su Estado en Defensa. Saben que hay muchos militares y armamento pero ignoran el porcentaje de la economía que se destina a ello. Otros responden rápido que “será por el conflicto con Turquía”, aunque reconocen que quizá el gasto en ese Ministerio sea excesivo.
Hay también quien acusa a las instituciones europeas de querer debilitar militarmente a Grecia, al exigir la reducción del gasto en ese sector. Valery (28 años, votante de Syriza) asegura que la intención real con esas órdenes es excitar al ejército, crear inestabilidad en el país y finalmente poder ser “más manejables”. Ella, como sus amigos, está en contra de tan alto gasto en Defensa, pero considera que eso no es lo que preocupa realmente a Europa. A Europa lo que le preocupa, dice, es que Grecia la venza con la palabra, no con las armas.
