Los obispos han publicado un informe para presentar la actividad de la Iglesia católica durante el año, pero se ‘olvida’ de aclarar de dónde viene una de sus tres fuentes de financiación: otras actividades propias. La Conferencia Episcopal ha publicado un folleto con el que pretende presentar la actividad de la Iglesia Católica a todos durante el último año. Un documento en el que en la parte de los ingresos, ‘con qué lo hacemos’, deja claro que las fuentes de financiación vienen de tres vías: aportaciones directas de los fieles (38%), de marcar la X en la casilla en la declaración de la renta (25%) y de otras actividades propias (37%), de las que evita especificar de dónde proceden.
Estas otras actividades propias de la Conferencia Episcopal (37%) se desconocen, puesto que tan solo informa de que un 19% son “otros ingresos corrientes”, 11% “ingresos por patrimonio y otras actividades”, 5% “ingresos extraordinarios” y, por último, un 2% “necesidad de financiación”, tal y como aparece reflejado en la tercera parte del documento publicado, ‘con qué lo hacemos’.
Este ‘misterio’ de la procedencia de un porcentaje de los ingresos de la Conferencia Episcopal no es el único que aparece en el documento. En el segundo apartado, ‘¿Qué hacemos?’, bajo el título ‘acción social y cultural’, la Conferencia Episcopal habla sobre el número total de centros de enseñanza católicos, los alumnos que hay y los que son de educación especial.
Aquí, remarcan bien que, gracias a los 2.458 centros católicos concertados, el Estado se ahorra 3.601 millones de euros. Eso sí, no especifica cuánto dinero le supone al Ministerio de Educación ese total de centros católicos concertados.
