Ikea cambia de aires: apuesta por renovables en EEUU

Energía

Ikea cambia de aires: apuesta por renovables en EEUU

Supermercado de Ikea

Las renovables mantienen en EEUU su máximo esplendor y cada vez son más las grandes compañías que se lanzan a por la carta de presentación sostenible que presenta su negocio. Ikea acaba de sumarse. La fiebre por las renovables que la reforma energética del ministro Soria ha sofocado en España, sigue en su máxima canícula en EEUU. Una carrera en la que las grandes corporaciones internacionales también se juegan su parte. Y la sueca Ikea ha sido una de las últimas en apostar fuerte por las energías limpias.

Hace sólo unos días que Ikea confirmó su asalto al pujante y valorado negocio de las energías renovables al otro lado del Atlántico. Lo hizo en una reunión de trabajo con la comisión del Congreso estadounidense que se encarga específicamente de potenciar el uso de este tipo de energías en el país. Allí anunció la compra de un parque eólico de 98 megavatios de potencia en la localidad de Hoopeston, en el Estado de Illinois, a poco más de 175 kilómetros al sur de Chicago.

Este movimiento de la minorista sueca de mobiliario no es un hecho aislado. Cada vez son más y más las compañías que se decantan por adquirir plantas de energía renovable con el fin de conseguir una estructura de abastecimiento energético más eficiente, económica y sostenible. Una decisión que, además de tener efectos directos en la contabilidad ordinaria de la compañía, suele traducirse en una mejor percepción por parte de los potenciales clientes. Así, mientras la planta eólica se ponga en marcha -y no está previsto que ocurra antes del primer semestre de 2015- Ikea ya se ha encargado de promocionar con entusiasmo su apuesta por el viento americano.

Sin embargo, Ikea no tiene intención de operar la planta de primera mano, lo que sí le supondría un engrose corporativo y unos gastos que no concuerdan con su plan de negocio. Aunque la nórdica europea será dueña al 100% del parque y las 49 turbinas que en él se espera instalar, la puesta en marcha y el mantenimiento ya han sido adjudicados a la firma local Apex Clean Energy. Lo que es más, no se prevé que las energía que produzca vaya a consumirse directamente en ninguno de los 38 establecimientos de los que la sueca dispone en territorio estadounidense, sino que con el vertido de su producción a la red se dé potencia suficiente como para abastecer las necesidades de hasta 34.000 familias en un año.

El objetivo de Ikea al otro lado del Atlántico es, además de seguir engordando negocio y precisamente por eso según los expertos, consolidarse como uno de las compañías con más intereses en energías renovables de todo EEUU. De momento, según datos aportados por la industria, ya es la segunda corporación que más apuesta por energía solar en el país. Sólo la adelanta otra grande minorista, y ésta con pasaporte local, la distribuidora Wal-Mart. De aquí a 2020, la fabricante de muebles se ha propuesto producir en suelo americano tanta energía como la que consuman todas sus instalaciones en el país. Una hoja de ruta para la que se ha evitado poner cifras pero que según el jefe de operaciones de la división estadounidense de Ikea, habría consumido ya cerca de 2.000 millones de dólares en los últimos seis años.

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