El presidente de Coca-Cola España cuestiona el ‘éxito’ de Rajoy en su viaje a EEUU con el cierre de cuatro fábricas

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El presidente de Coca-Cola España cuestiona el ‘éxito’ de Rajoy en su viaje a EEUU con el cierre de cuatro fábricas

La empresa ha presentado un ERE en el que despedirá a 750 persona y reubicará a otras 500, además de cerrar cuatro de sus plantas. El siempre polemista Marcos de Quinto, presidente de Coca-Cola España, acaba de presentar a los sindicatos un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a 1.250 trabajadores y supondrá el cierre de cuatro de sus once fábricas en el país. Un anuncio que choca con la supuesta lluvia de inversiones que prometía el viaje de Rajoy por EEUU. La multinacional de bebidas refrescantes cuenta con una plantilla en nuestro país de 4.200 trabajadores. De éstos, 750 serán despedidos mientras que otros 500 más serán recolocados en otras plantas de la compañía. Una agresiva reestructuración que se saldará también con el cierre de sus fábricas en Fuenlabrada (Madrid), Alicante, Palma de Mallorca y Asturias.Pese al tirón que el sector turístico y la hostelería parecen estar dando a la economía española, Marcos de Quinto y su equipo mantendrán una primera reunión con trabajadores de los empleados la próxima semana. Fuentes del sindicato UGT ya han anunciado que están trabajando en un calendario de movilización en contra de unos despidos que chocan con las promesas de más y mayor inversión por parte de las compañías estadounidenses con las que parecía haber vuelto el presidente de Gobierno de su periplo americano.Este repliegue de velas por parte de Coca-Cola, una de las compañías que más duro había trabajado para colocarse del lado de las reivindicaciones ciudadanas en los últimos tiempos, llega apenas unas semanas después de que se confirmase que el desembarco de la minorista yanqui Costco en Sevilla, presentada como un éxito de Rajoy, ya estaba cerrado desde el mes de abril del pasado año. La segunda de las grandes operaciones anunciadas por el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, también vendría de hace meses atrás vía México.Al poco de anunciarse los despidos que ha previsto el equipo de De Quinto, las redes sociales se llenaban de críticas contra el que en su día fuera azote de los recortes del Gobierno y de las grandes empresas. Tanto que a través de su perfil en la red social Twitter llegó a cargar con crudeza contra el plan de ajuste de personal de Telefónica, cuestionando incluso las intenciones del presidente César Alierta, y dejando algún que otro comentario sobre el papel de algunos miembros de la Casa Real.Sin embargo, el presidente de Coca-Cola España ya no está en la Red para responder. El pasado día 1 de enero lanzaba un último mensaje en el que anunciaba su intención de dejar Twitter, aún sin borrar su perfil personal. Un punto de inflexión tras haberse enzarzado en duras batallas dialécticas como la que sobrevino por el patrocinio de ciertos programas de Telecinco con algunas organizaciones conservadoras. Mucho antes que todo eso, al poco de dar el salto a esta plataforma, se mostraba complaciente con las reivindicaciones de regeneración democrática y social que abanderaban los manifestantes del movimiento 15M. Una línea de actuación que muchos medios especializados en marketing no dudaron en comparar con las campañas de los años 70 y 80 de la popular bebida refrescante en apoyo de los nuevos colectivos sociales que por aquel entonces agitaban las conciencias de la población.El que fuera azote de conciencias corporativas ya no está en la plataforma de microblogging para responder a las muchas críticas que ahora le llueven después de los muchos aplausos recibidos en los últimos años. Una desaparición fortuita que, según algunos portales especializados en identidad corporativa, podría haber sido patrocinada por los mismos que en su día le habrían animado a tomar partido en la cancha de las reivindicaciones sociales que agitaban España: sus jefes supremos de Atlanta, donde Coca-Cola tiene sus cuarteles generales.

La empresa ha presentado un ERE en el que despedirá a 750 persona y reubicará a otras 500, además de cerrar cuatro de sus plantas. El siempre polemista Marcos de Quinto, presidente de Coca-Cola España, acaba de presentar a los sindicatos un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a 1.250 trabajadores y supondrá el cierre de cuatro de sus once fábricas en el país. Un anuncio que choca con la supuesta lluvia de inversiones que prometía el viaje de Rajoy por EEUU.

La multinacional de bebidas refrescantes cuenta con una plantilla en nuestro país de 4.200 trabajadores. De éstos, 750 serán despedidos mientras que otros 500 más serán recolocados en otras plantas de la compañía. Una agresiva reestructuración que se saldará también con el cierre de sus fábricas en Fuenlabrada (Madrid), Alicante, Palma de Mallorca y Asturias.

Pese al tirón que el sector turístico y la hostelería parecen estar dando a la economía española, Marcos de Quinto y su equipo mantendrán una primera reunión con trabajadores de los empleados la próxima semana. Fuentes del sindicato UGT ya han anunciado que están trabajando en un calendario de movilización en contra de unos despidos que chocan con las promesas de más y mayor inversión por parte de las compañías estadounidenses con las que parecía haber vuelto el presidente de Gobierno de su periplo americano.

Este repliegue de velas por parte de Coca-Cola, una de las compañías que más duro había trabajado para colocarse del lado de las reivindicaciones ciudadanas en los últimos tiempos, llega apenas unas semanas después de que se confirmase que el desembarco de la minorista yanqui Costco en Sevilla, presentada como un éxito de Rajoy, ya estaba cerrado desde el mes de abril del pasado año. La segunda de las grandes operaciones anunciadas por el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, también vendría de hace meses atrás vía México.

Al poco de anunciarse los despidos que ha previsto el equipo de De Quinto, las redes sociales se llenaban de críticas contra el que en su día fuera azote de los recortes del Gobierno y de las grandes empresas. Tanto que a través de su perfil en la red social Twitter llegó a cargar con crudeza contra el plan de ajuste de personal de Telefónica, cuestionando incluso las intenciones del presidente César Alierta, y dejando algún que otro comentario sobre el papel de algunos miembros de la Casa Real.

Sin embargo, el presidente de Coca-Cola España ya no está en la Red para responder. El pasado día 1 de enero lanzaba un último mensaje en el que anunciaba su intención de dejar Twitter, aún sin borrar su perfil personal. Un punto de inflexión tras haberse enzarzado en duras batallas dialécticas como la que sobrevino por el patrocinio de ciertos programas de Telecinco con algunas organizaciones conservadoras. Mucho antes que todo eso, al poco de dar el salto a esta plataforma, se mostraba complaciente con las reivindicaciones de regeneración democrática y social que abanderaban los manifestantes del movimiento 15M. Una línea de actuación que muchos medios especializados en marketing no dudaron en comparar con las campañas de los años 70 y 80 de la popular bebida refrescante en apoyo de los nuevos colectivos sociales que por aquel entonces agitaban las conciencias de la población.

El que fuera azote de conciencias corporativas ya no está en la plataforma de microblogging para responder a las muchas críticas que ahora le llueven después de los muchos aplausos recibidos en los últimos años. Una desaparición fortuita que, según algunos portales especializados en identidad corporativa, podría haber sido patrocinada por los mismos que en su día le habrían animado a tomar partido en la cancha de las reivindicaciones sociales que agitaban España: sus jefes supremos de Atlanta, donde Coca-Cola tiene sus cuarteles generales.

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