Más problemas para el BCE: Las fronteras también regresan a la banca europea

Más problemas para el BCE: Las fronteras también regresan a la banca europea

Sede del BCE

El crédito transfronterizo entre los bancos de la zona del euro cae un 6% hasta situarse en 1,26 billones de euros, la cifra más baja desde 2004. La decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea (Brexit) o la amenaza del Frente Nacional de sacar a Francia del euro si Marine Le Pen vence en las presidenciales son sólo algunos de los ejemplos más claros de que las fronteras nacionales vuelven a alzarse para separar a los países europeos. Este escenario requerirá un esfuerzo extra del Banco Central Europeo (BCE) si realmente quiere sacar adelante el proyecto de una unión bancaria, en un clima cada vez mayor de desconfianza.
 
Los bancos de la zona del euro recortaron el crédito a sus pares de otros países miembros del bloque el año pasado, según muestran las últimas cifras de crédito publicadas por la institución que preside Mario Draghi y que recoge la agencia Reuters, una situación que se acrecentó a medida que aumentaron las preguntas sobre la salud de algunas entidades y el futuro del euro.
 
Los préstamos transfronterizos entre los bancos de la zona del euro cayeron un 6% interanual en enero hasta situarse en 1,26 billones de euros, la cifra más baja desde 2004, de acuerdo con estos datos del BCE. Antes de que estallase la crisis financiera en 2008, estos préstamos llegaron a superar los dos billones de euros.
 
Por el contrario, los préstamos entre bancos del mismo país aumentaron un 11% el año pasado, hasta situarse en 4,6 billones de euros.
 
Los bancos de Alemania, Francia y Luxemburgo, donde el efectivo es el más abundante, han reducido sus préstamos transfronterizos durante el último año, según estos datos que recoge la agencia británica, si bien el BCE no proporciona cifras de desglose de dónde se dirigen los préstamos transfronterizos.
 
El flujo de crédito de la banca a la economía ha estado creciendo de manera lenta pero constante durante el último año y medio, pero el panorama muestra cada vez una mayor fragmentación a lo largo de las fronteras nacionales. Este estrechamiento del negocio no sólo contradice el objetivo del BCE de crear una unión bancaria en la que el crédito fluya allí donde sea necesario, sino que puede provocar que las entidades sean más vulnerables a crisis domésticas.
 
Provocada en gran medida por la crisis financiera de 2008, la retirada de los bancos a sus países de origen se detuvo en 2014 y 2015 gracias al regreso a la calma de los mercados por la intervención del BCE. Sin embargo, el año pasado se vivió un rebrote entre las crecientes tensiones en países como Italia, inmersa en el rescate de buena parte de su sector bancario, incluyendo Monte dei Paschi di Siena -su tercer mayor banco-.

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