Bruselas denuncia que uno de cada diez trabajadores españoles es pobre

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Bruselas denuncia que uno de cada diez trabajadores españoles es pobre

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La Comisión Europea también ha recalcado que los desahucios siguen agravando de manera “fuerte y significativa” la situación social. En plena batalla de pactos, la Comisión Europea (CE) ha entrado de lleno a evaluar el presente, el pasado y el futuro de la economía española. A través de su informe España 2016, Bruselas ha advertido del riesgo de pobreza que viven los ‘trabajadores pobres’. Una figura que ha ido en aumento y que ya ha alcanzado a un 10,5% de la población activa, siendo las mujeres, los trabajadores poco cualificados y los que trabajan bajo un contrato temporal los más damnificados.

La situación laboral en los últimos años ha marcado un aumento significativo de la pobreza. Los adultos en paro son uno de los colectivos más vulnerables de la pirámide, según la CE. Unos niveles de riesgo de exclusión que se agigantan al calcular que el paro de larga duración puede llegar a ser algo “crónico”. Los jóvenes son otro escalón que tampoco ha escapado de la mirada de Bruselas: el 19,6% de los empleados de entre 18 y 24 años estaban en peligro de pobreza en 2013, 10 puntos porcentuales más que hace seis años.

Cada nivel que se baja de la pirámide de la pobreza es más crítico para el Ejecutivo comunitario, tal y como sucede en el caso de las mujeres: las trabajadoras pobres son un 5,8% más que los hombres; el principal culpable, el trabajo a tiempo parcial. Los autónomos con familias monoparentales que tienen algún hijo a su cargo tampoco escapan de este preocupante riesgo. Pero son los inmigrantes y los niños el piso más preocupante, sobre todo, “por el impacto relativamente bajo de las prestaciones”. Unos datos que se agravan viendo el impacto social de las ejecuciones hipotecarias y los desahucios que, según el informe, “sigue siendo fuerte y significativo”.

No es la única reprimenda que se ha llevado el Ejecutivo de Rajoy. Bruselas ha recalcado que la alta dualidad del mercado laboral entre contratos permanentes y temporales “repercute negativamente” en las condiciones de trabajo y en la cohesión social. El texto de 96 páginas además ha recordado que en España existe un déficit a la hora de impulsar la inversión en I+D, en energías renovables y en eficiencia energética, así como para luchar contra el abandono escolar temprano.

Las luces de la gestión de Rajoy

A pesar de las críticas, uno de los aplausos que se ha llevado el Gobierno ha sido la disminución del paro “a un ritmo récord”, gracias “a la moderación salarial y a la mayor flexibilidad introducida con la reforma laboral”. Aun así, ha recordado que España sigue estando entre las tasas de desempleo más elevadas de la UE.

Otro de los halagos que ha recibido la gestión de los populares tiene que ver con el trabajo para impulsar la demanda privada, la mejora del acceso al crédito y el aumento de la confianza de los agentes económicos. Bruselas también ha querido resaltar que por primera vez en treinta años la economía se ha situado en superávit en su cuenta corriente. Así como que se ha culminado el proceso de saneamiento bancario, especialmente en las cajas de ahorro, lo que permite que el sector financiero “continúe estabilizándose y fortaleciendo la resistencia de la economía”.

Pero si el refuerzo del sistema financiero ha sido la de arena, el aún existente riesgo financiero por culpa de la elevada deuda pública y privada ha sido el golpe de cal que han recordado desde Europa. Una asignatura pendiente que en la etapa de Rajoy ha superado niveles récords.

No frenar las reformas

Los mensajes advirtiendo de continuar las reformas será uno de los asuntos con los que tendrá que convivir el nuevo Gobierno, sea el color que sea. Las advertencias han sido continuas desde que se diese el pistoletazo a la carrera hacia la Moncloa. Y en el informe España 2016 no iba a faltar el mensaje alertador.

“Si algunos de estos vientos de cola disminuyeran en intensidad en el corto plazo, la recuperación podría perder impulso”, ha sentenciado Bruselas en referencia a frenar el programa de reformas que debería asumir el próximo Ejecutivo.

Las previsiones de crecimiento aguantarán hasta los próximos dos años, según las voces que salen del centro de Europa: el crecimiento seguirá siendo “robusto”, pero para ello será esencial continuar la senda de estabilidad y los compromisos de déficit.

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