El negocio de las patentes farmacéuticas mantiene a 90 milmillonarios en el mundo

Desigualdad

El negocio de las patentes farmacéuticas mantiene a 90 milmillonarios en el mundo

Trabajadores en investigación farmacéutica

Oxfam denuncia el desproporcionado poder de los grandes de la industria para influir en la salud mundial y en la toma de decisiones políticas. La industria farmacéutica ha convertido en milmillonarias a 90 personas en todo el planeta, según Oxfam Intermón. Se trata de una de las más rentables del planeta, en gran medida gracias a las patentes: “Los derechos de propiedad intelectual impiden que otros fabriquen los mismos fármacos, concediendo a los titulares de los mismos un monopolio de facto y por lo tanto la capacidad de fijar los precios”, denuncia la ONG en su informe anual sobre desigualdad. Critica que los derechos de propiedad intelectual sean, en la práctica, el único incentivo de las empresas para invertir en investigación, a la vez que hacen referencia al mortífero papel que queda en sus manos al tener capacidad de influir en el precio de los medicamentos.

“Un flagrante ejemplo de ello es lo ocurrido con el Daraprim (pirimetamina), un medicamento desarrollado hace ya 62 años para tratar la toxoplasmosis, una enfermedad parasitaria mortal”, recuerda el informe. Hace apenas cuatro meses, el precio de este fármaco pasó de 13,5 dólares a 750 dólares por comprimido “de la noche a la mañana”, debido a que una empresa se hizo con sus derechos de comercialización en Estados Unidos. “La empresa, dirigida por un antiguo gestor de un fondo de inversión, identificó la oportunidad de obtener mayores beneficios gracias a los derechos exclusivos para la producción de dicho medicamento”, calificado de esencial.

Otra prueba del poder económico y de la influencia de las farmacéuticas en la salud de grandes bolsas de población a nivel mundial es su inversión en lobbies. Dedicaron más de 228 millones de dólares en influir tan sólo en los políticos y la legislación estadounidense, según los datos de Oxfam.

En este sentido, hace referencia a lo ocurrido en Tailandia: el país decidió establecer en 2006 una licencia obligatoria sobre varios medicamentos esenciales. Con ello podía producir medicamentos localmente a un precio mucho más bajo sin necesidad de contar con el permiso del titular de la patente internacional, una maniobra posible y legal. Sin embargo, la industria farmacéutica ejerció presión sobre el Gobierno estadounidense y consiguió que incluyera a Tailandia en el listado de países que pueden ser objeto de sanciones comerciales, recuerda Oxfam.

El informe constata que las grandes empresas farmacéuticas cada vez arriesgan menos en términos de inversión en I+D: “en Estados Unidos, aproximadamente el 75% de los llamados nuevos principios activos calificados como prioritarios deben su existencia a fondos públicos, no a la inversión de las grandes empresas farmacéuticas, que gastan más en marketing que en I+D”.

Oxfam también nombra a una de las marcas más potentes del sector como una de las grandes lobbistas por mayores beneficios: “Pfizer trata constantemente de influir sobre el Gobierno de Estados Unidos en materia de recortes fiscales, alegando que el tipo exigido por el impuesto de sociedades en Estados Unidos hace que no sea competitiva frente a sus competidoras”, denuncia Oxfam. Recuerda que aunque la marca no ha logrado convencer al Gobierno de Obama de rebajar el impuesto, sí prevé trasladar sus beneficios a una jurisdicción de baja imposición. “El reciente anuncio de su fusión con la empresa irlandesa Allergan es un ejemplo de elusión fiscal de las empresas farmacéuticas”, denuncia la ONG, pues aunque Pfizer es el socio de mayor tamaño, la fusión ha sido presentada como una absorción, de manera que podrá trasladar su negocio a las ventajosas condiciones fiscales de Irlanda.

Un ejemplo esperanzador frente al poder de las farmacéuticas es el de India, donde grupos de pacientes, junto a otras organizaciones de la sociedad civil y al Gobierno, han hecho frente a la influencia de las grandes empresas farmacéuticas priorizando el acceso de la ciudadanía a los medicamentos.

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