Los pensionistas tienen una rebaja fiscal menor que la media de la población. La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha asegurado que los ciudadanos con rentas superiores a los 94.000 euros, que representan al 1% de la población española, se benefician de la última reforma fiscal en mayor medida que la clase media-alta. Y es que, el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha reducido la presión del IRPF en los tramos más bajos de renta, y va aumentando conforme esta crece, pero en el último tramo más rico la presión fiscal vuelve a reducirse de manera más pronunciada que en escalones anteriores.
Según ha explicado el profesor de la Universidad de Zaragoza y miembro de Fedea, Julio López Laborda, lo más beneficiados son los ciudadanos con mayores rentas de ahorro, es decir, aquellos que perciben sus ingresos de dividendos, intereses y ganancias de capital. Estos “son pocos y muy ricos”, ha declarado Laborda.
Asimismo, el análisis de Fedea sobre la reforma aplicada por el Ejecutivo español revela que la reforma fiscal aplica una rebaja media del impuesto del 10,57% -aunque el Gobierno tenía previsto un descenso del 12,5%- variando en cada tramo de IRPF, lo que perjudica especialmente a un 5,2% de los contribuyentes.
Frente a esto, el 62% de los contribuyentes se benefician del cambio fiscal y a un 30% no les afectará de ninguna manera, según los cálculos de la fundación. Y es que, si tenemos en cuenta la retirada de la subida fiscal de 2011, que aumentó la presión en 4.700 millones de euros, y sumamos los 7.100 euros que el Estado devuelve al contribuyente con esta reforma, el balance general es de 2.400 millones de euros positivos.
A pesar de todo, los contribuyentes con las rentas más bajas son los más beneficiados con la reforma laboral, además de las familias con hijos, las familias numerosas o con discapacitados a su cargo. Sin embargo, los pensionistas percibirán una rebaja menor que la de la media general, del 9,5% frente al 10,57%.
Otro de los problemas que ha revelado Fedea respecto de la reforma fiscal, ha sido el aumento de la desigualdad que esta puede provocar. Y es que, el IRPF de 2014 reducía las diferencias sociales un 12,75% y para 2016 se reducirá un 11,98%.
Atendiendo a la distribución por comunidades autónomas, Castilla-La Mancha y Canarias han sido las comunidades autónomas que más presión fiscal han aplicado, mientras que en La Rioja y Cataluña los impuestos aumentarán más de un 1%.
Por otro lado, desde Fedea han indicado respecto de la reforma en general, que esta es “bastante complicada” y que «habría sido mejor hacerlo más sencillo y transparente».
