CSICA denuncia que el banco ha establecido un sistema de avisos ‘anti-inspección’ para evitar sanciones. Desde hace varios días, inspectores de Trabajo y Seguridad Social de Cáceres están girando visitas a distintos centros de trabajo de Liberbank con el fin de comprobar si se está cumpliendo el horario laboral fijado en el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), que contempla sensibles recortes de jornada y de salarios.
Según señala el sindicato CSICA en un comunicado, una vez que la entidad novó el horario laboral de cada trabajador, en función del porcentaje de reducción de jornada aplicado a cada uno, se ha producido en la entidad un “carajal de horarios de muy difícil control, lo que ha devenido en el consiguiente caos, con el consiguiente beneficio para Liberbank debido a las sistemáticas prolongaciones de jornada que se están dando sin compensación alguna”.
Es en este escenario en el que la Inspección de Trabajo de Cáceres estaría girando visitas a las oficinas constatando que muchos trabajadores están superando el horario laboral comunicado, “con bastante frecuencia”, señala la formación sindical, que recuerda que mediando un ERTE están prohibidas las prolongaciones de jornada y que el tiempo de trabajo debe ser controlado por la empresa.
CSICA señala que la Inspección de Trabajo “es conocedora de que mientras el horario comercial se ha aumentado la jornada laboral ha disminuido, “lo que reporta que un número muy elevado de trabajadores deban prolongar su jornada de trabajo para poder atender a la clientela” de manera “casi diaria”.
En ese sentido, el organismo dependiente del Ministerio de Empleo también habría constatado en diversas actas de infracción que Liberbank ha instaurado una “política de formación en jornada vespertina” y que en los distintos servicios centrales del banco existe un “sistema de avisos ‘anti-inspección’ tan sofisticado como maquiavélico”.
Por ello, el sindicato hace un llamamiento a todos los trabajadores para que cumplan “de modo estricto” el horario laboral con el fin de que no sufran ningún perjuicio, dejando claro que la Inspección “sólo pretende probar y demostrar que es metafísicamente imposible que se cumplan las directrices de la empresa”.
