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Consciencia, Andrés Sudón

Andrés Sudón Lo Nuestro Es Llover by Andres Sudon on Grooveshark

En el último mes de este 2013 ya agonizante, el cantautor salmantino Andrés Sudón ha publicado ‘Consciencia’, su tercer trabajo. Una colección de doce canciones largamente esperada por sus incondicionales, que han contribuido a su financiación por medio del ‘crowfunding’, ese sistema de pago anticipado del producto a consumir que cada vez usan más artistas en estos tiempos oscuros.

En este álbum, Sudón ha intentado, según sus propias palabras, «acercarse a los postulados del pop». Es decir, hacer un tanto más comprensibles y universales sus, en ocasiones, complejos textos, sin perder el aliento poético y la profundidad de las imágenes que ha caracterizado desde sus primeros tiempos la obra de este trovador moderno, cronológicamente emparentado con los nuevos bardos románticos, como Marwan o Luis Ramiro, pero casi en sus antípodas estilísticas.

Porque, en realidad su obra tiene muy poco en común con la de sus compañeros de generación. Lo suyo es otra cosa. Sudón es, hoy por hoy, una de las voces más personales e interesantes de esta renovada escena y, además, ejerce de agitador cultural, desde su puesto de responsable del Micro Abierto de Libertad 8, una inagotable cantera de nuevos talentos, o como miembro fundador de La Casa, la factoría creativa que integra junto a Marta Plumilla, Manu Clavijo, Juan Fernández Fernández y Ma Fée Castillo, cuyos personalísimos vídeos, que dan un nuevo sentido a la palabra plano único, hace tiempo que circulan por Internet para ilustrar con imágenes, entre provocativas e ingenuas, las canciones perpetradas por ellos mismos y algún que otro amigo.

Uno de estos planetas que giran en la misma órbita, el veterano Antonio de Pinto, ha ejercido de productor plenipotenciario en este ‘Consciencia’ de Sudón, responsabilizándose, además, de buena parte de los arreglos, las programaciones y algunas guitarras. Parece claro que la complicidad y el buen ambiente que ha debido reinar entre ambos durante la elaboración del disco se ha filtrado en el resultado final. Este álbum podrá gustar o no, evidentemente, pero de lo que no cabe duda es que refleja una brillante claridad de ideas y ofrece al oyente la consolidación de un espacio sonoro propio, personal y bien diferenciada que, en mi opinión, merece la pena explorar.

‘Consciencia’ se beneficia también de la participación de otros dos músicos habituales en el equipo de Sudón, el guitarrista Alberto Navales y el violonchelista Oscar Martín. A los que se han unido en este caso el bajista Albert Anguela, el violinista Manu Clavijo y ‘La Maremoto’ en los coros. Un buen plantel de instrumentistas de alto voltaje que, junto a la depurada técnica guitarrera del propio Andrés, desmiente por enésima vez aquello de que los cantautores carecen de la más elemental preparación musical.

Con estos colaboradores y estos mimbres, Sudón ha elaborado un disco que se escucha bien, acompaña y deja poso. Tres características, sobre todo la última, no demasiado habituales en las últimas obras de sus compañeros de género. Un disco que se inicia, además, con ‘Si entras en mis ojos’, canción en la que el artista invita a su público a participar de la experiencia creativa como espectador privilegiado desde el punto de vista del propio autor. Toda una declaración de intenciones.

Hay, también, en este trabajo algún rastro de influencias teóricamente muy alejadas del campo de acción que se le supone a este artista. Por ejemplo, el uso de palabras provocativas en los textos, que le acerca a Robe de Extremoduro, o una cierta exploración textual de la filosofía desesperanzada que acompañó a los viejos ‘hippys’ españoles de finales de los setenta como el gran Pau Riba.

Y quizá otras coincidencias formales en los ambientes que le acercan a los ‘neofolkies’ más barrocos de la escena internacional, desde Mutual Benefit a Sufjan Stevens. Quizá porque como ellos, Sudón parte de unos postulados definidos, de una tradición de la que no reniega, pero es capaz de airearla, quitarle el olor a naftalina, y entrega un producto rabiosamente contemporáneo.

Pero la recompensa que espera al oyente que se deje seducir por esta propuesta sólo estará disponible tras varias escuchas. Se necesita tiempo para dejar que se revelen todos los matices de está música y estos textos. Y mientras tanto, nada mejor, que dejarse mecer por algunas de las mejores melodías que se han grabado este año. Como la de ‘Lo nuestro es llover’, mi canción favorita, o las dos visiones del proceso de enamoramiento, su principio y su final ‘Con naturalidad’ y ‘Amores indoloros’ que se ofrecen una detrás de otra al consumidor, siempre que este decida respetar el orden establecido por el artista.

Hay otros muchos territorios interesantes en este mapa de las relaciones entre seres humanos y sus encuentros y desencuentros que Sudón ha cartografiado en ‘Consciencia’. Como la rumbera ‘Pan para las larvas’ o la enigmática ‘Raigambre’ que explora la naturaleza de la conexión que se establece de vez en cuando entre los amantes.

Porque de eso es de lo que va este disco, yo creo. Del amor, el desamor, el sufrimiento, el goce y las contradicciones que cada día nos acechan en este incompresible mundo que habitamos. Y, aunque casi nadie tenga todas las respuestas a mano, no está mal acercarse a alguien que se ha hecho las preguntas correspondientes y, tan perplejo, como cualquier otro, está dispuesto a ofrecernos el resultado de sus experiencias.

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