La juez Alaya, portada de Vanity Fair

Sociedad

La juez Alaya, portada de Vanity Fair

Mercedes Alaya en la portada de Vanity Fair

La revista presume de descubrir el lado más intimo de la instructora del ‘caso de los ERE’ que piensa a menudo en tirar la toalla. La juez Mercedes Alaya, que instruye el caso de los ERE fraudulentos de Andalucía, es la protagonista de la portada del último número de Vanity Fair.
La revista, en un artículo titulado “Alaya, la juez indomable” hace hincapié en que la magistrada “se ha convertido en el punto de mira de la prensa” y que “su silencio ha servido para alimentar su leyenda”.

Vanity Fair no ha hablado con la magistrada pero dice haberlo hecho “por primera vez con su círculo más íntimo”, con amigos y enemigos, para descubrir “las dos caras de la magistrada: la que manda con mano dura en la sala y la que necesita la seguridad y el refugio de su marido”.

Y dicece que pretende desvelar la vida, «de esta mujer de clase alta que no ha dudado en imputar a sus amigos y piensa a menudo en tirar la toalla».

Explica la revista que “la vida de Alaya esta? marcada por la tragedia. Su padre murió? cuando ella tenía 15 años y su único hermano falleció? con 34. Aquello lo revoluciono? todo. Nunca había querido más niños, pero se sintió? tan sola, aseguran, que decidió? tener una familia numerosa: nacieron otros dos. Y estaba a punto de viajar a China para adoptar una niña, cuando llego? su cuarto hijo”.

Despectiva y prepotente

Recalca también el artículo que “los fiscales y abogados están en pie de guerra contra Alaya. Incluso se han reunido porque quieren adoptar alguna medida conjunta para frenar lo que consideran es “un abuso de poder excesivo”. Ya que “desde su punto de vista, la juez fuerza los límites de su función instructora”.

“Tiene un sentido de la instrucción preconstitucional e inquisitorial, donde no se respetan las garantías de la defensa de los investigados. Alaya padece garzo?npati?a; un síndrome de la instrucción; no quiere soltar el proceso, porque favorece su protagonismo público”, explica uno de los letrados del caso. “En 30 años de profesión jamás he asistido a un trato tan insólito por parte de un juez. Es despectiva y prepotente”, dice Juan Pedro Cosano, otro de ellos.

Más información