Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio en la Asamblea de Madrid.
Vox ha enviado un mensaje a PP y Ciudadanos a escasas horas de que este miércoles sus votos permitan la investidura de Isabel Díaz Ayuso y un Gobierno de coalición entre populares y naranjas. “Ni somos parte, ni queremos ser, de este Gobierno ni sus socios tampoco”, ha advertido Rocío Monasterio en su discurso en la Asamblea de Madrid en el que ha asegurado que esta formación ha venido “para limpiar la ciénaga”.
“Venimos a limpiar la ciénaga y a desmontar chiringuitos”, ha defendido la portavoz de Vox en la Cámara, que ha comenzado su intervención denunciando “presiones de todo tipo para que regaláramos nuestros votos a cambio de nada” tras las elecciones autonómicas del pasado 27 de mayo. Según Monasterio, “en cuanto ha habido disposición negociadora” por parte de PP y Ciudadanos “el acuerdo no se ha hecho esperar”. Y eso, que “son muchas cosas sino las que nos separan” de populares y naranjas.
Para la portavoz parlamentaria de Vox “entre ser baluarte de políticas de izquierda y permitir un Gobierno del PSOE ayudado de comunistas y pretendientes a chavistas”, su partido prefiere facilitar la investidura de Ayuso. Eso sí, siempre que respete a sus votantes y su representación. “No somos unos chantajistas, pero tampoco toleramos ningún tipo de extorsión”, ha avisado Monasterio.
“No retrocederemos ni un milímetro la defensa de nuestros votantes y la defensa de las ideas que nos han traído aquí”, ha remarcado la diputada madrileña, quien ha explicado que Vox se debe “al español corriente y común al que se le dice que es facha o nazi porque quiere que a sus hijos se les eduque en castellano en todo el territorio nacional”.
Los dardos de Monasterio en su discurso se han sucedido con el paso de los minutos. Y ha tenido para todos. De esta manera, ha recriminado que Isabel Díaz Ayuso anuncie bajas de impuestos, pero calle ante los 33.000 millones de deuda que tienen la región. “Y de esto tenemos que hablar”, ha sostenido. Asimismo, ha criticado a los diputados de la izquierda que “se creen rebeldes, como aquellos que llevan las camisetas del sanguinario Che Guevara, y que hacen la revolución con sus móviles de última generación cuando la única revolución pendiente es la de Venezuela y la de mi querida Cuba”.
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