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Una muy íntima confesión

Penurias de guerra, que siempre acompañan hasta la retirada final de la vida, fue uno de los motivos. El deseo de comparar sobrevivir en circunstancias adversas.

Por otro lado, no esperaba gran novedad en el NTV salvo esos muertos importantes que casi a diario nos reporta y vaya en estos apuntes mi póstumo homenaje a Martha Rojas, siempre con su característica sonrisa de medio labio cada vez que entraba a nuestro departamento en el periódico Granma.

No fue gran cosa la aventura del estadounidense Hazen Audel en su espacio Instructor de supervivencia.

Contaba su encuentro con una tribu africana, reyes del arte de vivir de la nada, que en cuestión de horas le entrenaron para cruzar por páramos, sabanas y desiertos en una caminata de unos 70 km durante tres días hasta llegar a la boca de un volcán a casi 3,000 metros de altura para depositar una ofrenda al dios de la tribu que según ellos, vive allí. La fatigosa y tensa caminata gracias a unos muy peculiares zapatos ideados por la tribu: las casi tradicionales “guarachas” hechas de gomas de vehículos muy famosas en Cuba de los 80s.

Nuestro avispado aventurero debió enfrentar el hambre, la sed y el ataque de leones y otros depredadores gracias a las artimañas que aprendió en el intensivo curso.

Al final de los poco menos de 30 minutos, salvo el valor paisajístico del documental, nada nuevo ni novedoso que el cubano no haya aprendido en este largo e infinito camino que hacemos cada día.

En el próximo episodio volveré al NTV. Hasen Audel, el instructor de supervivencia, debería darse una vueltecita por Cuba. Someterse a tal ejercicio durante un año y que no involucre a la Disney en el reality que esto de nosotros no es para entretenimiento ni mucho menos.

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