El presidente estadounidense, Donald Trump, recibe al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en la Casa Blanca (Foto; Europa Press/Contacto/White House)
Presentado en Washington el 29 de septiembre, el plan plantea un alto el fuego inmediato si ambas partes aceptan, seguido de la retirada progresiva del Ejército israelí, la entrega de todos los rehenes en un plazo de 72 horas y la puesta en marcha de una administración palestina tecnocrática, tutelada por un órgano internacional de supervisión. El documento descarta la anexión de Gaza por parte de Israel y abre un cauce para diálogo político futuro sobre el estatus palestino, condicionado a la seguridad y a la verificación independiente de la desmilitarización.
El texto pivota sobre cuatro ejes: seguridad, gobernanza, reconstrucción y garantías internacionales. En seguridad, exige el desarme total de Hamás, la destrucción de túneles e infraestructura militar y una verificación a cargo de observadores externos. Como contrapartida, Israel cesaría las operaciones y se retiraría por fases.
En gobernanza, la Franja quedaría bajo un Comité Administrativo Palestino de carácter apolítico y tecnocrático, con funciones de servicios esenciales, finanzas públicas y coordinación de ayuda. Este comité operaría bajo la tutela de una “Junta de la Paz” —un órgano internacional colegiado— encargado de velar por el cumplimiento de los hitos de seguridad y por la neutralidad de la administración interina.
Se excluye a Hamás de cualquier rol de gobierno y se ofrece amnistía y salvoconducto a sus miembros que depongan las armas y acepten el marco
En reconstrucción, se prevé un paquete masivo de ayuda con prioridad en agua, energía, vivienda y sanidad, el despeje de artefactos sin detonar y el lanzamiento de una zona económica especial para atraer inversión y empleo. El plan sugiere, además, la creación de una Fuerza Internacional de Estabilización que asuma la seguridad interna en la transición.
Fase | Medida principal | Responsable | Plazo orientativo |
---|---|---|---|
1. Cese de hostilidades | Alto el fuego simultáneo y verificable | Partes + observadores | Inmediato tras aceptación |
2. Confianza inicial | Rehenes liberados y presos excarcelados | Israel / Comité mediador | 72 horas |
3. Seguridad | Desmilitarización y destrucción de túneles | Observadores + ISF | 0–90 días |
4. Gobernanza | Comité tecnocrático bajo Junta de la Paz | Autoridades palestinas interinas | 90–180 días |
5. Retirada | Salida por fases de tropas israelíes | Israel + ISF | Según verificación |
6. Reconstrucción | Infraestructura y zona económica especial | Donantes + comité | Continuo |
La aprobación del Gobierno de Israel llegó en paralelo al anuncio, con el primer ministro Benjamín Netanyahu confirmando su respaldo al esquema. Hamás no ha dado una respuesta formal y mantiene por ahora el silencio.
El desenlace depende de la aceptación de Hamás; si rechaza, Washington asegura que respaldará a Israel en nuevas medidas contra el grupo
En el capítulo internacional, India saludó el plan como una “vía viable” hacia una paz duradera y ofreció colaborar en la reconstrucción. Italia se alineó con el apoyo europeo a un alto el fuego con liberación de rehenes y acceso humanitario garantizado. También se ha deslizado la participación de Tony Blair en la arquitectura de la transición, una inclusión que concitó resistencias entre dirigentes palestinos y ONG.
</p><blockquote><p>La UE ve con buenos ojos un alto el fuego con garantías y reclama preservar la perspectiva de dos Estados</p></blockquote><p>
Actor | Posición resumida | Puntos clave |
---|---|---|
India | Apoyo | Paz “sostenible”, seguridad y desarrollo |
Italia | Apoyo | Alto el fuego, rehenes, acceso humanitario |
Gobierno israelí | Apoyo | Desarme de Hamás, retirada por fases |
Dirigentes palestinos/ONG | Reservas | Rechazo a tutelas, dudas sobre Blair |
Hamás | Sin respuesta | Exige garantías y levantamiento de bloqueo |
El plan apunta alto, pero deja interrogantes. La verificación de la desmilitarización exigirá una misión robusta y aceptada por ambas partes. La composición y el mandato de la Junta de la Paz y de la fuerza internacional determinarán su legitimidad dentro de Gaza.
Sin mecanismos claros de cumplimiento y arbitraje, el alto el fuego podría degradarse en semanas
En paralelo, la posibilidad de reformas en la Autoridad Palestina y la puerta entreabierta a un proceso de reconocimiento político exigen consensos internos hoy frágiles. El reto, en definitiva, es que la seguridad no devore la viabilidad institucional y económica del “día después”.
Washington ha activado una célula de coordinación con Israel y mediadores regionales para socializar el texto y recabar la adhesión de actores clave. En los próximos días, se esperan reuniones técnicas para perfilar listas de presos, corredores humanitarios y la arquitectura de verificación.
Si Hamás acepta, la secuencia arrancaría con el alto el fuego y el intercambio inicial; si no, EEUU e Israel han adelantado que “habrá consecuencias”
Cierre. La propuesta de Trump aterriza tras casi dos años de guerra y con Gaza devastada. Su éxito dependerá de que combine garantías creíbles de seguridad con una transición legítima y recursos reales para reconstruir. El reloj corre: cada día sin acuerdo añade coste humano y político a un conflicto que desangra la región.
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