Quim Torra ha prometido su cargo de Presidente de la Generalitat en un acto discreto, breve y cuya fórmula ha recordado de alguna manera a la que empleó Carles Puigdemont cuando juró su presidencia. Ni Constitución, ni Estatut de Cataluña ni el Rey. Torra no ha apelado a ninguno de estos órganos.
El nuevo presidente de la Generalitat ha prometido “fidelidad a la voluntad del pueblo de Cataluña representado por el Parlament”.
Escoltado por la senyera y el presidente del Parlament, Roger Torrent, el evento protagonizado por Torra se ha celebrado en el Salón Verge de Montserrat del Palau de la Generalitat y no ha contado con la presencia del Gobierno central.
Ningún miembro del Ejecutivo se ha presentado en un acto donde la Generalitat “ha intentado imponer el nivel de la delegación gubernamental, cosa que no ha aceptado”, explica el Gobierno de Mariano Rajoy.
De hecho, no solo no ha ido el Gobierno. Tampoco lo ha hecho ningún representante político de la cámara catalana. A la cita solo se han presentado el jefe de los Mossos, Ferrán López, y la familia de Torra. Una discreción planeada y prevista por el nuevo presidente de Cataluña.
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