El Tesoro Público español colocó ayer por primera vez bonos a diez años con una rentabilidad negativa. Solo unos días antes, la referencia de Portugal al mismo plazo se situaba también bajo cero en el mercado secundario. Más de tres cuartas partes de la deuda soberana del Viejo Continente ya no solo no paga intereses, sino que los cobra a los inversores, una tendencia que no da síntomas de frenarse y que las últimas medidas del Banco Central Europeo (BCE) pueden perpetuar durante años.
El pool de deuda soberana con rendimiento negativo en la zona euro alcanzó un nuevo récord en noviembre, alcanzando los 6,7 billones de euros, según los datos publicados por Tradeweb. Esto supone un 75,29% de un mercado total de 8,9 billones de euros. Esta cifra fue superior a los 6,53 billones de euros de finales de octubre y marcó un nuevo récord en los datos, que se remontan a 2016.
Y no es solo la deuda soberana. En la deuda empresarial la cantidad de bonos con categoría de grado de inversión y tipos negativos ascendía a 1,65 billones de euros, un 47% del mercado de acuerdo con Tradeweb. Se trata de la cifra más alta desde agosto de 2019 y una subida de 18 puntos porcentuales desde septiembre.
Esta situación anómala comienza convertirse ya en habitual a raíz de la política monetaria del BCE. Ayer mismo, la institución que preside Christine Lagarde añadió nuevos estímulos monetarios, con el objetivo de que los estados puedan aplicar sus políticas fiscales contra la crisis provocada por la pandemia sin preocuparse de los costes de financiación.
Así, la institución aumentó la dotación del programa de compras de emergencia para casos de pandemia (PEPP) en 500.000 millones de euros hasta un total de 1,85 billones en total. Asimismo, se amplía el horizonte de las compras “hasta por lo menos el final de marzo de 2022”.
No hubo cambios tampoco en los tipos de interés: el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito se quedan de momento en el 0,00%, el 0,25% y el -0,50%, respectivamente.
Los bonos con rendimientos negativos no son exclusivos de la eurozona, si bien el bloque común es uno de los principales exponentes. En total, se estima que en todo el mundo hay en circulación 18 billones de dólares con rentabilidades bajo cero, casi el doble que hace un año y medio.
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