El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte
Señor presidente de Filipinas, ni las moscas se matan a cañonazos, ni a las fuerzas de la ley se les puede ordenar que disparen a matar a sus compatriotas que violen los requisitos impuestos por la cuarentena para contener el coronavirus.
Para millones de personas en gran parte del país, incluido Manila, aceptar el confinamiento significa la pérdida de la subsistencia que se ganan en la calle. La alternativa que usted ofrece a los filipinos es la de elegir entre la muerte por inanición, recluidos, o por disparos recibidos de quienes deberían protegerles. Ni Trump ni nadie le llamará la atención.
Acceda a la versión completa del contenido
Telegrama para Rodrigo Duterte
La reunión del pasado viernes entre Donald Trump y Volodímir Zelenski se convirtió en un…
Desde Washington, Trump empuja con fuerza simbólica y literal. “¡Op Op!”, parece gritar mientras intenta…
El videojuego se mantiene como el principal motor del ocio digital en España. El salto…
Este recorrido selecciona los mayores golpes por valor, repercusión e impacto patrimonial, con foco en…
La frágil tregua entre Israel y Hamás atraviesa su momento más crítico desde que fue…
El alto el fuego impulsado por la administración de Donald Trump pretendía poner fin a…