El tiempo que tarda en cargarse una página web afecta considerablemente a las ventas. En un panorama dominado por la rapidez y la inmediatez, como es el mundo online, los segundos, incluso los microsegundos, pueden ser determinantes. Los internautas odian esperar frente a la pantalla a que una web se cargue, lo que convierte la velocidad en un aspecto vital para el comercio digital.
Según la firma digital de medición Dynatrace, los consumidores son impacientes y a los pocos segundos de espera deciden cerrar la página y acudir a otro sitio a comprar el producto deseado. Una variación de medio segundo en los tiempos de carga puede hacer una diferencia del 10% en las ventas.
Así, cuanto cuanto más rápido sea un sitio web o una aplicación, más ventas tendrá. Por ejemplo, según publica BBC Mundo, el minorista de artículos para oficina Staples, aumentó sus ventas en un 10% después de acelerar su página web un segundo. Por el contrario, la tienda de ropa Nordstrom experimentó una caída de la demanda del 11% cuando el tiempo de respuesta del sitio web se desaceleró medio segundo, de acuerdo a las mimas informaciones.
A pesar de ello, el tiempo medio de carga a escala mundial de las páginas de e-commerce han aumentado un 7% en el último año, pasando de los 4,2 a los 4,5 segundos. El incremento se debe principalmente a la cantidad de fotos o vídeos que incorporan las webs, o la incorporación de los chat de consulta. Como consecuencia, los portales que ofrecen un servicio más interactivo y personalizado en muchos casos tiran piedras sobre su propio tejado. Es necesario un equilibrio entre el servicio ofrecido y sus efectos en el proceso de carga.
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Los microsegundos que cuestan millones al comercio online