Stop Killing Games
La propuesta, impulsada por jugadores y colectivos europeos, busca evitar que títulos adquiridos legalmente o de acceso gratuito queden inservibles cuando se cierran los servidores. La campaña denuncia que, aunque los usuarios compran un producto digital, en realidad solo obtienen una licencia de uso y no una propiedad, lo que impide su preservación.
Para que una iniciativa ciudadana europea tenga recorrido institucional, debe reunir al menos un millón de firmas válidas y superar un umbral mínimo de participación en siete países. Stop Killing Games ha logrado reunir 1,45 millones de apoyos en un año, con un 97% de firmas consideradas válidas por los primeros informes oficiales.
El proceso de verificación completo se prolongará unos tres meses. Una vez concluido, los promotores podrán presentar la propuesta a la Comisión Europea, que estará obligada a evaluar su viabilidad y decidir si la eleva al Parlamento Europeo.
Los impulsores han recordado que ya en julio alcanzaron la barrera del millón de apoyos, pero han seguido recabando firmas para reforzar la campaña y blindar su posición frente a posibles objeciones técnicas o jurídicas.
Con más de 1,45 millones de firmas, la iniciativa se asegura una sólida base para ser debatida en Bruselas
Los organizadores de Stop Killing Games trabajan ya en la siguiente fase. Han comenzado a establecer contactos con representantes de las instituciones comunitarias y advierten de que la presión de la industria del videojuego será intensa. Según señalan, su estrategia incluye “contrarrestar la desinformación” y reforzar la estructura comunitaria que respalde las negociaciones en Bruselas.
Parte de esa labor se está desarrollando “detrás de escena” para evitar intentos de frenar la iniciativa, algo que ya ha ocurrido en el pasado. Los impulsores insisten en que la campaña no es solo una reivindicación de los jugadores, sino también un debate cultural sobre la preservación del patrimonio digital europeo.
La obsolescencia de los juegos no afecta solo a consumidores: también pone en riesgo la conservación de la memoria cultural digital
Los promotores han aprovechado para agradecer a quienes han liderado la iniciativa durante años y que ahora se han retirado, al tiempo que confirman la llegada de nuevos colaboradores. La campaña se presenta, así, como un movimiento en constante renovación y con la mirada puesta en el debate político europeo.
En las próximas semanas, se esperan nuevas actualizaciones sobre la estrategia y sobre cómo se desarrollará la interlocución con la Comisión. Si finalmente se admite la propuesta, podría abrirse la puerta a una regulación que obligue a garantizar el acceso a los videojuegos incluso tras el cierre de sus servidores.
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