Trabajador cualificado, atornilla el estator y el cable de fase a un motor eléctrico en la nave de montaje para electromovilidad de la empresa ZF Friedrichshafen AG / Foto: Karl-Josef Hildenbrand/dpa
«Las inversiones se esfuman, imperan los recortes de gastos y las reducciones de capacidad. Lo estamos pagando con pérdidas masivas de empleo y prosperidad», dijo a dpa el presidente del sindicato, Michael Vassiliadis. «Necesitamos una ofensiva de inversión y modernización para volver a crecer», añadió.
Una encuesta realizada entre unos 4.500 afiliados al Sindicato Industrial de Minería, Química y Energía (IGBCE) reveló que muchos empleados están muy preocupados por el futuro.
A la pregunta de cómo ven a Alemania como emplazamiento industrial dentro de cinco años en una comparación internacional, casi el 80 % respondió que en una posición bastante o marcadamente peor.
Alrededor del 58 % cree que su situación económica personal dentro de cinco años será claramente peor que la actual. El 68 % no cree que sea posible transformar al país como emplazamiento industrial de forma respetuosa con el clima y modernizarlo al mismo tiempo en los próximos cinco años.
«Los resultados son una prueba alarmante de que la crisis de la industria ya ha afectado de forma generalizada a la clase media trabajadora», afirmó Vassiliadis.
«Los partidos deberían ver esto como una llamada de atención en la campaña electoral. La industria debe ocupar un lugar prioritario en la agenda política, no solo para preservar los buenos empleos, sino nuestra prosperidad social en su conjunto. Lo exigiremos con insistencia en los próximos meses», explicó.
Sobre la situación de la industria, opinó: «Si seguimos así, perderemos la base de la industria intensiva en energía. Debemos estar preparados para luchar por ella»
El dirigente calificó la modernización de la industria respetuosa con el clima como «reto del siglo». «No se puede financiar con el presupuesto actual. Ni las empresas. Y el Estado tampoco puede», alertó. En su opinión, esto requeriría una alianza entre partidos para reformar el freno de la deuda, figura legal que limita el gasto público anual.
Además, advirtió, hay que aclarar la cuestión social: «¿Cómo se repartirá la carga en los próximos años para no perder cohesión social?». Según sus palabras, si una nueva coalición no aborda esta cuestión rápidamente, no solo habrá más puestos de trabajo en juego, sino también conflictos.
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