Sánchez hace un Gobierno para ‘contentar a todos’ en el PSOE (y atajar críticas internas)

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha configurado un gabinete para durar. Su objetivo pasa por terminar lo que queda de legislatura. Quiere estar en el poder hasta 2020, cuando están previstas las próximas elecciones generales. Una estrategia que se deja entrever con la elección de sus ministros. Un Ejecutivo cuyo protagonismo recae en las mujeres -hay más que hombres- y que gusta, y mucho, en las filas del PSOE. Incluso, entre algunos destacados barones del PP.

El presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, admitió este miércoles la presencia de nombres “muy interesantes” y de perfiles “muy sólidos” entre los nuevos ministros del Gobierno, como el de Josep Borrell, que se ocupará de la cartera de Exteriores. “Es un gobierno con algunos nombres muy sólidos, aunque otros con incoherencias que en algún momento tendremos que subrayar”, afirmó, según EFE, en alusión a la ministra de Economía, Nadia Calviño, aunque sin citarla.

Más allá de los elogios del ‘rival’, Sánchez ha conseguido que en su partido todos vean con buenos ojos su Ejecutivo. Es decir, ha conseguido contentar a los suyos atajando posibles críticas. Y lo ha hecho con varios guiños. El presidente del Gobierno ha contado para su gabinete con dirigentes del País Vasco, Cataluña, Comunidad Valencia y Andalucía, entre otras autonomías.

De esta manera, entre sus ministros están los catalanes Josep Borrell, que se ocupará de Exteriores, y Meritxell Batet, que ostenta la cartera de Política Territorial y Administraciones Públicas. Con su apuesta por Borrell Pedro Sánchez ha dejado en fuera de juego a Ciudadanos. Respecto al País Vasco, ha contado con Isabel Celaá para el Ministerio de Educación y la Portavocía del Gobierno, en lo que supone todo un gesto hacia Patxi López, ya que fue consejera suya.

En cuanto al PSOE de Andalucía, la federación contará con tres caras en este Gobierno. Carmen Calvo será la vicepresidenta y ministra de Presidencia e Igualdad del Ejecutivo, María Jesús Montero, ministra de Hacienda, y Luis Planas, titular de Agricultura. Con Montero, exconsejera de la Junta, Pedro Sánchez lanza todo un guiño a Susana Díaz, aunque también un importante dardo con Planas, que pugnó sin éxito contra ella en las primarias del partido en la región. Y es que no logró reunir los avales requeridos. En resumen, una de cal y otra de arena.

La cuota valenciana está representada por Carmen Montón, ministra de Sanidad, y por José Luis Ábalos, titular de Fomento. Montón ha sido un pilar del Gobierno de Ximo Puig en la Comunidad Valenciana, firme defensora de la sanidad pública, y puso en jaque al ‘modelo Alzira’. En cuanto a Ábalos, el jefe del Ejecutivo pone de manifiesto que no se olvida de aquellos que han estado a su lado en los ‘malos tiempos’. Entre estos últimos también está Margarita Robles, que se ocupará de la cartera de Defensa.

Además de todos estos mensajes en clave interna Pedro Sánchez también ha querido evidenciar su compromiso con el cambio climático con el nombramiento de Teresa Ribera como ministra para la Transición Ecológica, y ha tendido la mano al colectivo judicial con la elección de Fernando Grande-Marlaska y de Dolores Delgado, ministros de Interior y Justicia, respectivamente.

El equipo del líder del PSOE se completa con Magdalena Valerio (Trabajo, Migraciones y Seguridad Social), Reyes Maroto (Industria, Comercio y Turismo), Pedro Duque (Ciencia, Innovación y Universidades) y Màxim Huerta (Cultura y Deportes). El fichaje de estos dos últimos ha provocado gran expectación mediática.

Además de todo lo dicho, en el Gobierno de Sánchez prevalece la huella de José Luis Rodríguez Zapatero, ya que muchos de ellos tuvieron cargos de responsabilidad con él, y tiene un claro tinte social, lo que lanza un mensaje a Podemos.

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