Logotipo de Ripple
El bitcoin ha llegado a intercambiarse por 20.000 dólares en plena fiebre por la criptodivisa, tras comenzar el año por debajo de los 1.000 dólares. Pero este espectacular repunte se queda corto comparado con la revalorización experimentada por otra moneda digital menos conocida, el ripple: en lo que va de 2017 su valor se ha incrementado en más de un 17.000%.
Con un valor total de 42.000 millones de dólares (cerca de 35.500 millones de euros), el ripple es actualmente la cuarta criptomoneda por capitalización de mercado, tras el bitcoin, el ethereum y el bitcoin cash. Cada una de estas divisas digitales cotizaba ayer en torno a 1,10 dólares, mientras que a principios del ejercicio apenas alcanzaba los 0,0065, según el portal Coinmarketcap, la página de referencia para seguir la evolución de las divisas.
Este jueves, la moneda vivió un fuerte repunte después de que un amplio grupo de bancos asiáticos hayan respaldado su tecnología. El Japan Bank Consortium, una coalición de 60 bancos japoneses, y las entidades coreanas Woori Bank y Shinhan Bank han anunciado el lanzamiento de un proyecto piloto basado en la tecnología de ripple para pagos transfonterizos. “El uso de RippleNet para enviar pagos transfronterizos refuerza que las instituciones financieras están listas para proporcionar una experiencia de pagos moderna”, asegura al respecto Emi Yoshikawa, director de asociaciones de ripple.
El anuncio avivó el interés por esta moneda digital, disparando su volumen de transacciones. “Los asiáticos se están volviendo locos por el ripple”, asegura Alexey Ivanov, CEO y cofundador de la gestora de fondos de inversión de criptomonedas y blockchain Polynom Crypto Capital. El ripple superó ayer por primera vez la barrera del dólar.
Nació hace cinco año y su principal característica es que permite transacciones a tiempo real, pues gracias a su algoritmo de consenso las verificaciones pueden hacerse de forma instantánea. Su tecnología conecta bancos, proveedores de pago y activos digitales a través del sistema RippleNet, con el fin de proporcionar una experiencia de pagos sin contacto ni intermediarios. De esta manera, permite a las entidades rebajar sus costes operativos, por lo que muchos lo ven como el futuro del sistema bancario.
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