El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (Foto: Eduardo Parra - Europa Press)
Pedro Sánchez volverá al Congreso esta semana en un momento de máxima tensión política y partidaria. La cancelación de la conferencia de la ONU en Nueva York, a la que tenía previsto asistir, ha abierto la puerta a su presencia este miércoles en la sesión de control del Gobierno.
La jornada promete ser especialmente dura para el presidente tras la dimisión del ex secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, envuelto en un caso de corrupción que ya ha provocado reacciones internas de profundo malestar.
Pedro Sánchez anunció una auditoría interna de las cuentas del PSOE y una reestructuración de la Ejecutiva Federal para el próximo Comité del 5 de julio
El presidente del Gobierno tenía previsto acudir la próxima semana a una conferencia de Naciones Unidas en Nueva York, pero su cancelación ha permitido modificar su agenda. El Ejecutivo ya ha trasladado a los grupos parlamentarios este cambio, para que puedan remitir este lunes sus preguntas dirigidas a Sánchez.
Está previsto que la sesión del miércoles se centre en gran medida en la crisis interna del PSOE, desatada tras conocerse el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que vincula a Cerdán con el cobro de comisiones ilegales.
Este nuevo escenario propiciará, con toda probabilidad, un nuevo enfrentamiento en sede parlamentaria entre Pedro Sánchez y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. El contexto no podría ser más complicado para el jefe del Ejecutivo: su ex número tres, Santos Cerdán, no solo ha dimitido como secretario de Organización, sino que ha anunciado que este lunes entregará su acta de diputado.
De cumplirse ese anuncio, el socialista navarro ya no formará parte de la Cámara Baja cuando se celebre la sesión del miércoles.
Las reacciones dentro del Gobierno no se han hecho esperar. La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró este domingo sentirse “profundamente traicionada” y “dolida” por el comportamiento de Santos Cerdán. La dirigente socialista, una de las figuras más relevantes del Ejecutivo, expresó así su malestar por lo que considera una quiebra de confianza.
Por su parte, Pedro Sánchez ya pidió “perdón” a la ciudadanía en una comparecencia el pasado jueves, en la que confesó sentirse “decepcionado” e “indignado”. Aseguró que hasta ese mismo día confiaba plenamente en la “integridad” de Cerdán.
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