Categorías: Opinión

Vísperas electorales

De pronto al Gobierno y al PP les ha sobrevenido un ataque de euforia y optimismo. De pronto esto es jauja, el paraíso. Ya no hay crisis, que coño, se destruyen empleos pero hay menos desempleados, suben los índices económicos, desciende la deuda… en fin, lo dicho, esto es jauja menos para los millones de familias que las pasan canutas, los parados que no encuentran manera de ganarse la vida, para los autónomos que no consiguen un pequeño préstamos para poder seguir desarrollando su actividad, para los recién casados que no pueden comprar casa ni para los pequeños empresarios que ya no aguantan ni una semana más viendo cómo sus negocios no se mantienen.

Todo es muy extraño en este país convertido de pronto en jauja, porque explicarse cómo es posible que mejoremos tanto y nadie lo sienta a fin de mes, si no antes es el mayor misterio que desafía nuestra fe. Hay una explicación, la única, indesmentible: estamos en vísperas de elecciones, el día 25 elegimos al Parlamento Europeo, desde el que se regirán en buena medida nuestros destinos futuros, y los partidos, de manera especial el que nos gobierna, se juegan mucho en su suerte pero sobre todo se juegan la confianza que aún le merecen a los ciudadanos, que no parece ser mucha.

De pronto al Gobierno y al PP les ha sobrevenido un ataque de euforia y optimismo. Para ello todos los ministros y dirigentes rivalizan a ver quién acumula más méritos al exhibir y alardear una situación más boyante. Se acabaron los problemas, ya no quedará ninguno sin solución hasta el día 26, en que todo volverá a la realidad, jodida realidad que nos angustia desde hace siete años. Mejor sería entender que los problemas se han tomado un descanso primaveral para que acudamos a votar creyendo que todo va por el buen camino, que diría la ínclita señora Báñez.

Este país nuestro es generoso en elecciones, hay años que las convocatorias saturan, pero a veces uno piensa que sería estupendo que tuviésemos que acudir a votar todos los primeros domingos de mes, o mejor los últimos para que quien más quien menos lo hiciese con conocimiento de causa de su situación, es decir, sin un euro en el bolsillo. Así los políticos a buen seguro de que cambiarían en su manera de afrontar las cosas. Ni siquiera el PP se atrevería a volver a hablar de nuevos apretones a las tuercas de la reforma laboral que con tanta facilidad sigue aumentando el paro.

Acceda a la versión completa del contenido

Vísperas electorales

Diego Carcedo

Entradas recientes

El mundo, servido en mesa de nogal

El nuevo orden mundial se cocina como un banquete privado. Putin señala territorios como quien…

3 horas hace

La ONU: el árbitro al que todos invocan y casi nadie obedece

Hubo un tiempo en que la ONU era un lugar al que se acudía para…

4 horas hace

Cuatro comunidades concentran el 68% de la deuda autonómica

El reparto territorial vuelve a dejar dos lecturas claras: Cataluña concentra el mayor volumen absoluto…

6 horas hace

EEUU publica nuevos archivos del caso Epstein con testimonios de víctimas y cientos de páginas censuradas

Los documentos incluyen testimonios de víctimas, transcripciones del Gran Jurado y otros registros judiciales de…

9 horas hace

Valencia sale a la calle para exigir vivienda digna y la prórroga del Escudo Social

La movilización ha partido de la Plaza de San Agustín y ha concluido en la…

10 horas hace

La deuda pública mundial entra en zona de riesgo: el problema ya no es cuánto se debe, sino cómo se paga

El cambio de ciclo monetario ha alterado el equilibrio que permitió durante años convivir con…

13 horas hace