Sólo se dice en voz baja, pero por los mentideros de la Villa y Corte ya hay quien se pregunta si de verdad Bruselas y Berlín, cuando dispongan de las cifras correspondientes, van a considerar necesario que Bankia sobreviva.
En algunos ambientes financieros, las cifras, aún no oficiales, que se van conociendo en relación con el dinero que será necesario emplear para reflotar las cajas con problemas, se empieza a especular con la posibilidad de que los muy famosos hombres de negro que tendrán que encargarse de supervisar el rescate bancario, concluyan, cuando llegue la hora, que muchas de las entidades que buscan la salvación no deben ser salvadas, dado el alto precio que supondría el proceso.
Las palabras al respecto pronunciadas por el comisario europeo de la Competencia, Joaquín Almunia, poco antes del verano aún resuenan en el sector, por muy mal que le sentarán al Gobierno. Almunia lo dijo claro. Las entidades que, una vez efectuado el análisis correspondiente, no sean viables se cerrarán.
Y para muchos expertos que explican sus teorías ‘sotto voce’ en determinados cenáculos reservados, esa posición es tan lógica como probable. Más aún, cuando el sector se enfrenta a la necesidad de sufrir una reconversión de calado que termine con su exceso de capacidad improductiva, lo que significa que habrá que cerrar oficinas y despedir a muchos empleados más.
¿En ese infernal contexto, de verdad es necesario emplear casi 50.000 millones de euros en mantener con vida a Bankia, una caja catalana y un par de cajas gallegas?
Tal vez, los analistas venidos de fuera de nuestras fronteras no vean tan claro el asunto, sobre todo porque si España necesita una cuota de adelgazamiento del sistema financiero y esas entidades operan en territorios perfectamente bancarizados quizá no sea tan urgente ni tan relevante para ellos proceder a su carísima salvación.
Sobre todo ahora que parece extenderse la idea de que España intentará ahorrar todo lo que pueda de ese crédito de 100.000 millones disponible para completar la reforma financiera con idea de utilizarlo para tapar otros agujeros.
Por aquello de que así Rajoy evitaría el estigma político de otra petición de rescate o por lo otro, y mucho más probable, de que Alemania y sus satélites en la Eurozona, no quieren poner un euro más y van a hacer todo lo posible por evitarlo.
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¿Y si Berlín no quiere rescatar a Bankia?
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