Sobran trenes, faltan ideas, sobran proyectos absurdos y perdices mareadas de tanto volar sin ir a ninguna parte. Y falta la razón que es algo de lo que nadie se ocupa porque se pierde mucho tiempo en sembrarla y en estar pendiente de su crecimiento.
El AVE Blanco/Barreda que se inauguró en diciembre se elimina mañana viernes porque sólo viajan nueve personas al día. Punto y final para otra de las obras faraónicas que no han servido para nada, como los aeropuertos vacíos, como las campañas para estudiar al cefalópodo alopécico del Cantábrico, como los hermanamientos absurdos con otros lugares del planeta.
Los trenes vacíos pasean chapa como decía un directivo de RENFE al que le dolía ver convoyes que van de ninguna parte al silencio pasando por los vestíbulos vacíos en los que una cola de «nadies» aguarda para sacar billete, y el vendedor rellena un crucigrama mientras lucha con las moscas. Se cumple así nuestro temor de que las vías paralelas se unen en el horizonte y se hacen una vía única que impide el tránsito.
Y lo que no es chapa es pintura para maquillar una manera de gestionar que sigue instalada en el gasto de los que creen que todo el monte es Visa Oro cargada a la salud del contribuyente que no repara en gastos.
Sería más rentable suprimir altos cargos y mantener las vías del tren porque hasta que lleguen mejores tiempos sobre el antiguo trazado del AVE se pueden dar paseos en bicicleta.
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