Otra foto de Gallardón frustrado y ya tenemos unas cuántas. Frustrado cuando perdió el Congreso contra Esperanza Aguirre, frustrado cuando Rajoy le dijo que no y se enfadó en un ascensor, frustrado en La Castellana cuando Zapatero le vacila, frustrado ahora en La Moncloa porque Zapatero no le permite refinanciar la deuda.
Gallardón se ha convertido en personaje de sí mismo lo cuál es una barbaridad para un político. Si pensaba que Zapatero iba a hacer una excepción con él, iba listo, pero eso no fue óbice para que tocara la puerta del presidente y para que saliera llorón por ella.
La deuda de Madrid es cósmica y los retrasos en los pagos siderales, pero de eso no puede echarle la culpa a Zapatero porque ahí se ha metido él sólo. Hubo otro alcalde, también del PP, (Álvarez del Manzano), que gestionó la Villa y Corte sin tanto boato y le fue bastante bien.
Gallardón quiere hacer de Houdini y engañar al personal diciendo que en caso de haber conseguido la candidatura olímpica otro gallo nos cantaría, y todo lo contrario porque eso hubiera aumentado la deuda de manera considerable. Sólo él sabe a qué juega. Tiene suerte de enfrentarse a una oposición bastante dócil que se ha disgregado en no sé cuántos portavoces y candidatos.
No es el mejor ejemplo de cómo el PP puede gestionar los fondos públicos, y menos en este momento cuando Rajoy es alternativa y Gallardón el verso suelto del “Poema del Mal Pagador”.
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