Mi jefe ha advertido de que las agencias de calificación podrían hacer pagar al Consistorio la ruptura de los contratos. La ruptura de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, con las agencias de rating, es una historia de atracadores con final feliz. Como en una película de Hollywood, el desenlace ha estado marcado por la tensión de las amenazas y por el envalentonamiento del ‘bueno’, que decide dejar atrás a los ‘malos’.
Esta es la versión simplificada del final, pero lo cierto es que las conversaciones entre el Consistorio y Standard & Poors no se alejan demasiado de la ficción. La agencia jugó al chantaje con la capital madrileña, haciendo gala de su falta de profesionalidad, tal y como me ha recordado mi jefe.
Así que sí, el ‘mandamás’ está de acuerdo con que Carmena de carpetazo a las agencias si, tal y como parece, no las necesita. Esto es, si el Ayuntamiento no tiene previsto aumentar el endeudamiento de la capital y los ingresos pueden hacer frente a los pagos, las calificadoras de la deuda no serían imprescindibles.
Ahora bien, mi jefe ha advertido de que en esta película los ‘malos’ están encarnados por unos ‘piratas’, por lo que es muy probable que hagan pagar al Consistorio por esta decisión. Esperemos que Carmena y su equipo no bajen la guardia.
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