Las asociaciones vecinales aseguran que el Ayuntamiento se comprometió a utilizar esa parcela, que ahora ha permutado con el Arzobispado, para equipamientos sociales. Los residentes ya convocaron una protesta el pasado sábado ante el templo y volverán a poner de manifiesto este domingo a las 19 horas. La parroquia de Santa Catalina Labouré, propiedad del grupo religioso ultraconservador Camino Neocatecumenal -institución católica más conocida como los Kikos por el nombre de su fundador Kiko Argüello- planea construir en el distrito de Carabanchel una cripta subterránea, lo que ha puesto en pie de guerra’ a los vecinos que quieren que esos terrenos se destinen a usos sociales.
Los residentes ya convocaron una protesta el pasado sábado ante el templo y volverán a poner de manifiesto este domingo a las 19 horas, coincidiendo con el acto de puesta de la primera piedra a cargo del arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, tal y como informa la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM).
La parroquia, que ya es la más grande de Madrid y a la que en ambientes eclesiásticos se le conoce como ‘la catedral de Kiko’, construirá un jardín, salones parroquiales y una capilla con una cripta con capacidad para 230 nichos y un aparcamiento subterráneo de dos plantas, en un terreno en el que, según los vecinos, les había prometido construir un polideportivo, por lo que quieren que se paralicen las obras, según la FRAVM.
La Asociación Vecinal Parque de Comillas se opone frontalmente a esta actuación y especialmente a que se construya un ‘camposanto: “En este distrito tenemos ya siete cementerios pero nos falta todo tipo de equipamientos públicos”. Además, aseguran, el Ayuntamiento de la capital “había confirmado que esa parcela se destinaría a equipamientos deportivos”. La parcela donde se construirá la cripta es propiedad del Arzobispado pero ha sido obtenida tras una permuta con el Ayuntamiento de Madrid.
Este colectivo vecinal explica que “aunque la parroquia asegura que la cripta no se verá desde la calle y que no va a haber afección urbanística ni de salud pública, los vecinos entienden que la parcela, que fue pública, debería destinarse a construir equipamientos públicos que reviertan en beneficio del conjunto de la ciudadanía, independientemente de sus creencias”.
Además, según ha publicado elpais.com, esta iglesia construida hace 10 años “carece de licencia de funcionamiento precisamente porque la parcela donde planea realizar esas obras debería haberla reservado para aparcamiento, como se comprometió a hacer con el Ayuntamiento”.