El Ministerio de Justicia es el encargado de redactar la reforma de la ley del aborto que prepara el Gobierno, pero Alberto Ruiz-Gallardón no quiere que se personalice en su Departamento la redacción de tan polémica norma.
Por ello, recuerda que la futura norma se basará en el recurso que presentó el PP ante el Tribunal Constitucional que fue elaborado por el equipo por Federico Trillo, entonces portavoz de Justicia, y respaldado por Soraya Sáenz de Santamaría, que era la portavoz de los ‘populares’ en el Congreso, y por quien pasaban todas las iniciativas parlamentarias del partido.
En medio de la controversia que ha provocado que la plataforma Derecho a vivir utilice el rostro del titular de Justicia en su campaña en la que exigen que se “borre” completamente la actual ley en vigor, Gallardón fue interrogado por periodistas sobre si eliminará el supuesto de aborto por malformación fetal y el ministro aclaró que los criterios de la reforma los fija el partido.
Según publica El País, Gallardón respondió que el “cuerpo de doctrina” de la ley nace de las iniciativas presentadas por el PP desde 2010; de forma “muy especial”, señaló, del recurso de inconstitucionalidad contra la ley de plazos de aquel año (un recurso en el que se comparaba el aborto por malformación fetal con el exterminio nazi). “Ahí es donde está el cuerpo de doctrina, y ese criterio, acomodado siempre al criterio que marca el Tribunal Constitucional en las tres sentencias en las que se ha pronunciado sobre este asunto, será el que conforme la redacción de la ley”, afirmó el ministro.
Gallardón se refiere al recurso que el PP presentó el 1 de julio de 2010 ante el TC contra la «Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo» y que fue entregado al Tribunal por el entonces portavoz de Justicia de los «populares», Federico Trillo, Sandra Moneo, y Santiago Cervera.
En el escrito, según informaba en su día Europa Press, el PP afirmaba que “los supuestos en los que se puede abortar si hay ‘riesgo de graves anomalías en el feto’ –‘que parece que incluiría cegueras o sorderas de nacimiento, falta de miembros superiores o inferiores, o síndrome de Down’, sostienen–, recuerdan a ‘teorías eugenésicas’ –de infausto recuerdo cuando fueron objeto de aplicación en la historia– que defendieron las tesis de ‘vidas que no merecen la vida’ (‘lebensunwertes leben’) o ‘vidas que son una carga’ (‘ballastexistenzen’)”.
Y concluían que “el mantenimiento de la vigencia de un aborto eugenésico supone discriminar a los seres humanos discapacitados en relación con los demás”.
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