Mariano Rajoy se ha convertido en el presidente del Gobierno que ha tenido que enfrentar el mayor número de manifestaciones en su primer año en La Moncloa. Según datos recopilados por el propio Ejecutivo hasta octubre de 2012, en España se produjeron, sin contar con los datos del País Vasco, 36.232 protestas, el doble que en 2011, cuando se contabilizaron 18.422.
La indignación tomó las calles el año pasado. Las cerca de 120 manifestaciones diarias que han recorrido las principales ciudades españolas así lo atestiguan, y dan una idea de lo que podría venir en este 2013, que trae consigo nuevos recortes de la administración.
Los datos recopilados por las delegaciones del Gobierno a instancias del diputado de la Izquierda Plural Ricardo Sixto, revelan que la crisis económica y social se dejó sentir en 2012 de una forma contundente, según recoge Efe.
A falta de los datos del País Vasco, cuyas competencias están transferidas, el Ejecutivo señala que un porcentaje significativo de las 36.232 protestas registradas desde el 1 de enero al 26 de octubre de 2012 no fueron comunicadas a la correspondiente delegación del Gobierno. Sin embargo, muy pocas concentraciones o marchas fueron prohibidas en ese periodo.
Por ejemplo, en Madrid sólo se vetaron siete manifestaciones de las 2.223 comunicadas a las autoridades, y en Castilla y León no se prohibió ninguna convocatoria, aunque se modificó el recorrido o el horario de un pequeño número de ellas.
Por comunidades autónomas, en Andalucía se contabilizaron en los diez primeros meses del año 7.141 manifestaciones y concentraciones, seguida de Castilla y León, con 4.435; Comunidad Valenciana, con 3.147, y Cataluña, con 3.116 protestas.
Destacan las 623 manifestaciones no comunicadas en la Comunidad de Madrid, entre ellas las últimas concentraciones convocadas por la coordinadora Rodea el Congreso y que acabaron con cargas policiales y detenidos, frente a las 2.223 que sí cumplieron el trámite ante la Delegación del Gobierno madrileña, lo que supone más de 21% del total.
Para el diputado Ricardo Sixto, el incremento de la conflictividad social es fruto directo de la situación de crisis económica, de los recortes sociales y del incumplimiento sistemático de las promesas electorales por parte del Gobierno. Todo ello, según ha indicado, podría traer un 2013 aún más difícil en las calles, sobre todo debido a la avalancha de medidas impopuares que se están adoptando en los últimos tiempos.
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