La propuesta del Colectivo de Presos Políticos Vascos solo pone dos condiciones: Ni arrepentimiento ni delación. El colectivo de presos de ETA sigue siendo a día de hoy la baza más fuerte de la banda armada. Su gestión siempre ha estado condicionada a la estrategia política de ETA, que ha hecho y deshecho como ha querido los planes de actuación de los presos en las cárceles. Entre otras cosas, siempre se les ha obligado a tomar decisiones conjuntas y a no aceptar la legalidad de los Estados.
Sin embargo, eso también está cambiando. Según informa el diario GARA, el EPPK, el autodenominado Colectivo de Presos Políticos Vascos, plantea una propuesta – que tendrá que ser votada por los presos – donde se recoge que cada preso podrá decidir si quiere aprovechar o no las posibilidades que ofrezca la línea jurídica para acogerse a beneficios penitenciarios.
En el documento compartido por el periódico vasco, el Colectivo propone una nueva línea diferente a la de la fase de “resistencia” y que tendría tres ejes principales: “Acabar con la dispersión, agrupando al Colectivo; acabar con el destierro, trasladando al Colectivo a Euskal Herria; y vaciar las cárceles, excarcelando a los miembros del Colectivo”.
No obstante, la libertad de decisión de los presos, que por primera vez podrán pensar individualmente, tiene dos límites: “el arrepentimiento y la delación”. Exactamente las condiciones que introdujo el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero para acogerse a la vía Nanclares.
Por otro lado, el EPPK asume sin limitaciones la línea política acordada con la izquierda abertzale, aunque mantendrá interlocución propia en aquellas cuestiones que le atañan y no aceptar sometimientos entre organización u organismos.
En cualquier caso, el documento base del Colectivo de presos que recoge la línea renovada deberá? ser aprobado por el conjunto del Colectivo, en base al principio ‘un preso, un voto’.