La dirección buscará en el próximo congreso que se tache de “falta muy grave” a aquellos que creen o participen “en corrientes de opinión que sean contrarias a los intereses del partido” La dirección de Ciudadanos busca blindarse ante posibles secciones críticas con el dictado principal del partido. La formación que lidera Albert Rivera quiere que se tache como infracción muy grave la participación de un militante en alguna corriente de opinión contraria a la organización, tal y como ha podido conocer Europa Press.
Una medida que el partido naranja intentará incluir en los estatutos que salgan del congreso de febrero. De hecho, la participación de un miembro en estos sectores críticos con la línea discursiva del partido podría llegar a suponer la pérdida de la afiliación. Así figura en el borrador de la Ponencia de Estatutos, uno de los tres documentos que se han preparado para la IV Asamblea General y que defiende la actual cúpula de Ciudadanos, con Rivera a la cabeza.
Una propuesta donde se plantea endurecer el régimen disciplinario y sancionador. Si esta iniciativa logra salir adelante los motivos que son calificados como infracción grave pasarían de 10 a 17. “La creación o participación en corrientes de opinión que sean contrarias a los intereses del partido en su conjunto se entenderá como una falta muy grave”, ha redactado el equipo de Rivera en el borrador.
Sin embargo, abrir o participar en una corriente contraria al partido no es el único motivo que podría suponer la expulsión de un militante. La nueva lista de infracciones graves también incluye otros dos puntos relativos a la realización de declaraciones públicas “desleales o contrarias a los intereses del partido” o que lo comprometan políticamente sin contar con la autorización correspondiente.
También se consideraría como falta muy grave el incitar al incumplimiento de decisiones del partido, adoptar acuerdos con otras formaciones políticas sin tener permiso para hacerlo o difundir falsedades sobre compañeros o candidaturas para influir en procesos electorales internos, entre otras. “La manifestación pública de discrepancia grave con la ideología, principios, o fines del partido, realizada durante actos de propaganda, reuniones públicas o a través de cualquier medio de comunicación que garantice la publicidad del hecho”, se ha incluido en el borrador.
Una serie de medidas que la dirección de Ciudadanos plantea en un momento en el que las voces críticas empiezan a salir a la luz cuando la asamblea general se avecina. Discrepancias que salen tanto de afiliados de base como de cargos públicos, como la eurodiputada Carolina Punset.
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